El cumplir años es todo un acontecimiento, y entre más pasa el tiempo, éste se acompaña de mayor misterio; en ocasiones, resulta agradable saber que tras bambalinas se está gestando un plan para que el festejado reciba las atenciones que se merece, pero por otro lado, no imagina uno lo que están pasando los organizadores del evento, pues en ocasiones, las opiniones resultan discordantes, y por ello se entabla un verdadero debate sobre cuál es la mejor opción a ejecutar.
Hay que considerar que la edad del festejado tiene mucho que ver en la planeación, pero también es de tomar en cuenta su carácter, importante sin duda es el estado de salud, y otras cosillas como la tolerancia al ruido, a los alimentos muy condimentados, a la desvelada, en fin, todo eso en ocasiones logra desanimar a los organizadores para poner en práctica su alta creatividad y buen sentido del humor, para que además de apantallador, sea divertido el acontecimiento.
Afortunadamente para mis hijos y nietos, no resulta difícil saber mis gustos; sin embargo, les agrada seguir fomentando en ello, la magia y el misterio, pues según estimo, les resulta muy grato verme feliz.
Transparentes como son conmigo, pocas cosas resultan ser una sorpresa, incluso, en ocasiones, los atrapo sosteniendo alguna plática sobre el particular, seguramente algunos de mis lectores se verán reflejados en la narrativa y podrán entender aquello de que todos somos hermanos; he aquí algunos detalles de la estrategia de mis hijos y mi amada esposa para festejar mi cumpleaños: Lo primero es crear un Chat privado; después surgen las propuestas que incluyen: lugar del festejo, adornos, plato principal, postre, bebidas, música, coro de mañanitas, entrega de obsequios, sesión de fotografía; agradecimiento, limpieza del hogar que dio asilo a la familia.
En el reparto de las comisiones, empieza lo difícil, pero buenos como son mis hijos terminaron por ponerse de acuerdo.
Mientras yo me encontraba en una mecedora, dándome vuelo, disfrutando aquel vaivén acompasado, dejando que el viento fresco del otoño, jugara con mi blonda cabellera, pensando en que he sido muy afortunado y bendecido por Dios por haberme dado la oportunidad de tener una hermosa familia, y qué decir de tantos amigos cercanos, ahora por la comunicación virtual, que me obsequian su afecto, que va más allá de un compromiso, porque yo lo he sentido todo este tiempo, de corazón sincero.
Dios los bendiga a todos y bendiga toda oportunidad para hermanarnos.

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