Aunque siempre se ha dicho que una crisis es también una oportunidad de mejorar, lo cierto es que son pocos los políticos que están preparados para enfrentarla cuando se presenta.
De acuerdo a Javier Sánchez Galicia, experimentado consultor en comunicación política, el conflicto es algo común en el ejercicio del poder. Sin embargo, si el conflicto no se resuelve a tiempo se puede convertir en una crisis política.
LA PÉRDIDA DEL PODER
Pero, ¿Cómo saber si una figura política está enfrentando una verdadera crisis? Muy sencillo, cuando ese conflicto implica la pérdida del poder.
En los últimos meses hemos vistos dos buenos ejemplos de ello, a nivel nacional Alejandro Moreno Cárdenas “Alito”, dirigente nacional del PRI y en Tamaulipas, el alcalde de Reynosa, Carlos Peña Ortiz.
Ambos personajes han estado en el ojo del huracán mediático y político, el primero por la filtración ilegal de audios, donde expresa su pensar sobre el manejo de la política en México, revelando complicidades, favoritismos y corrupción en su forma de actuar, exhibiéndolo públicamente al representar lo peor de la política.
Mientras que el edil tamaulipeco se ha mostrado como un político inexperto, con decisiones erróneas, como premiar a quien lo denunció por el delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita y que hoy lo tiene en la cuerda floja.
Si bien es cierto, ambos se mantienen en sus cargos, no significa que la crisis haya sido superada, la semana pasada surgieron nuevos elementos para mantenerlos en el ojo de la opinión pública, el líder priista con la publicación de un nuevo audio y el edil morenista con el descubrimiento de un complot para sustituirlo a cambio de una suma millonaria de dinero ofrecida a sus regidores, que si bien lo hacen quedar como víctima, lo mantiene mediáticamente en la polémica.
UNA CRISIS HAY QUE ENFRENTARLA
Para Sánchez Galicia una vez que se está padeciendo una crisis política, lo mejor es realizar una serie de pasos para atenderla de forma multidisciplinaria, con especialistas en el tema.
Lo primero que se debe hacer es definir adecuadamente el problema, para Alito no es la filtración de grabaciones, ni para Carlos Peña la denuncia penal, sino los ataques desde el poder, uno desde el ámbito nacional y el otro desde el poder estatal, para dañar su imagen, ilegitimarlos y finalmente arrebatarles sus cuotas de poder.
Lo que se tiene que hacer como segundo paso es controlar el flujo de información tanto interno (equipo) como externo, es decir lo peor que puede hacer un político en crisis, es no hacer nada, incluyendo el campo de la comunicación, todo vacío de información será llenado por rumores o especulaciones que sólo generará más incertidumbre a la crisis.
El tercer paso es asumir el peor de los escenarios posibles, es decir tener un plan A, B, C y hasta D para responder de manera eficaz a los ataques y consecuencias de la crisis.
En caso de ser posible, el cuarto paso se trata de contener el problema o hacer concesiones, es decir, proteger a la figura política en el poder, si es necesario y posible, sacrificando a elementos menores como responsables de esa crisis.
UN COMITÉ DE CRISIS
El quinto punto es organizar el equipo de crisis, formar un comité de crisis conformado por expertos en el ámbito político, legal, de comunicación, entre otras áreas, ya que teniendo una visión multidisciplinaria se tomarán las mejores decisiones.
El sexto y séptimo punto se encuentran muy ligados con el anterior, se refiere a que la toma de decisiones no dependerá de una sola persona, sino del equipo de expertos que integran el comité de crisis.
Y que nunca se debe actuar por impulso, las decisiones se tomarán una vez analizado los escenarios y evaluadas todas las posibilidades, la cual deberá ser consensuada por el grupo de expertos.
El último punto pero no menos importante, tratar de entender la naturaleza de los medios de comunicación, por lo que un especialista en esta área será fundamental, brindándoles información oportuna y precisa a los periodistas, buscando ganar su confianza y si es posible tenerlos de aliados y no de verdugos.
Si bien, ninguna figura política quiere afrontar una crisis en su carrera, es mejor estar preparado de la mejor manera para contenerla o aminorarla de llegarse a dar, que enfrentarla sin preparación y posiblemente con consecuencias irremediables para el político o gobernante. ¿Crees que tanto Alejandro Moreno como Carlos Peña podrán superar la crisis política que están enfrentando?
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