Con la instalación del Colegio electoral, inicia prácticamente el proceso en el que el pleno universitario designará candidato o candidatos para suceder al C.P. Enrique Etienne Pérez del Río en el cargo de rector de nuestra máxima casa de estudios: la Universidad Autónoma de Tamaulipas.
Es Etienne el primero de muchos rectores que no busca la reelección; motivos los hay y muchos, y los agoreros del chisme atribuyen a mil razones la decisión del contador Etienne para no buscar una segunda oportunidad.
Es un hecho prácticamente que el próximo rector será José Andrés Suárez Fernández, un universitario muy conocido por la comunidad científica, académica y en general de la UAT: ha ocupado diversos cargos y ha participado en casi todos los niveles, de forma tal que conoce perfectamente como funciona nuestra Universidad.
Es entonces Pepe Suárez un buen universitario, y nosotros insistimos en la idea de que debería de suprimirse el proceso de elecciones y votaciones, que es una enorme pérdida de tiempo y recursos, y que la Asamblea Universitaria, como se hace en las más grandes universidades del mundo, designe al próximo rector.
¿Quién mejor que ellos sabe qué le conviene a su Universidad?
Podría hacerse n proceso de calidad y altura, en el que participen los mejores de la UAT, los que tienen posibilidades y los que quieren llegar, para definir entre ellos al mejor instrumento que conduzca a la UAT a un estado de excelencia cada vez mejor.
Como que ya es tiempo de separar la academia con la política, aunque es bien sabido que un buen rector hace política.
Suárez privilegia el trabajo académico siempre; se le ha conocido desde hace décadas como profesor, director y más, y sus resultados hablan por sí mismos.
Como persona, Pepe es un hombre sencillo que gusta de atender a la gente; no se “marea” ante los puestos y sigue conservando esa ecuanimidad con la ue le conocimos hace ya algunos ayeres. Prácticamente Suárez hoy se convierte en candidato oficial para la sucesión rectoral.
En ese sentido, ya los grupos comienzan a moverse, en una actitud que no nos gusta, porque siempre hemos pensado, ilusamente, que la universidad debe privilegiar la investigación y la formación de recursos, y algunos piensan que hay que hacer política antes, y no es por ahí la misión de una Universidad como la nuestra.
Describir a Pepe Suárez resultará redundante: ya colegas lo han llevado a la luz con mucho talento y magistralidad, y sabemos muy bien quien es el próximo rector.
Y a la par con el proceso más importante dentro de la vida universitaria, habrá otros movimientos trascendentes en algunas Unidades Académicas, en las que el rector Etienne se atrevió –y lo logró- controlar y propiciar que el trabajo académico y de investigación siga privilegiando cada una de estas unidades, formadoras de recursos humanos en distintas áreas del desarrollo.
¿Qué espera la comunidad universitaria de Pepe Suárez? Hay algunos rubros prioritarios que se deberán cambiar, ajustar o renovar, parar que la UAT recupere su papel social y su postura ante una sociedad que demanda una universidad equitativa y justa, acorde a las necesidades del milenio y de los tamaulipecos, y que sea un factor de unidad.
Que se escuche a todos los sectores y representaciones de la comunidad universitaria y que, de una vez por todas, se eche a la gente que durante años se enquistó e hizo mucho daño a las distintas áreas.
Hemos visto que la UAT crece en estándares de calidad internacional, y quisiéramos estar mucho más arriba.
Y para ello se requiere un buen rector, una buena plantilla de profesores e investigadores, buenos apoyos oficiales, alumnos capaces y la infraestructura necesaria, pero sobre todo, que nos escuchen a quienes tenemos algo que decir.
Viene un nuevo rector, nuevos planes… esperemos que para bien.
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