La comercialización WEB lleva 20 años cambiando la vida y manera de consumir, y divide la política económica, los negocios venden más bienes y servicios, pero precios y los salarios sin subir, lo que lleva a crisis familiar por consumismo, por no priorizar el gasto. Todo lo que es consumo se busca con pasión y se gasta salario que aún no se gana (meses sin intereses) El disfrute que da el adquirir es una pasión amorosa, enloquece, hace perder el control, “sorbe los sesos”.
Es evidente que la causa de este quebranto del gasto familiar es el crecimiento espectacular de la compra WEB. El efecto Amazon es punto central del debate del simposio de banqueros centrales que organiza la Reserva Federal en EUA. El tema es cómo definir la política monetaria y adaptarse a la economía cambiante, para lograr el objetivo de estabilizar precios, aunque la inflación es baja. Los economistas afirman que la causa de la baja inflación no se relaciona con la política monetaria, es el efecto de la tecnología en los salarios y en la productividad. Se da atención al internet en la evolución de precios y como crea una carrera competitiva a precios más bajos.
Sin Amazon, la tienda tradicional no tenía presión para hacer ofertas, salvo un Wal-Mart cerca. Gracias a su logística, no requiere tienda física, y toda cadena o tienda tradicional se forzó a competir con Amazon. La tecnología da al cazador de gangas precio al instante, lo que crea presión. La actual generación lo ve normal, cómodo con inflación baja y espera que la innovación siga bajando costos. Amazon opera a costo bajo y baja precios. Se ve en productos de entretenimiento, dispositivos electrónicos y artículos de lujo e invade otro sector, alimentos. Es uniforme geográficamente por su tamaño y por plataformas de Walmart, Best Buy o Safeway.
La distorsión del efecto Amazon afecta la manera en que se mide la inflación. Los modelos para calcular el valor de la cesta de compra tratan de tener en cuenta la compra web, pero el ajuste para medir no va al ritmo del incremento de productos que ofrece la WEB, décima parte del gasto minorista, y en algunas categorías, la mitad. El indicador oficial muestra 140 mil artículos; Adobe Systems, registra 2,1 millones de transacciones mensuales WEB. Al comparar bienes y servicios, WEB es más deflacionista. Las tiendas online ajustan precios constantemente y reflejan al instante factores que afectan costos como tipo de cambio, aranceles y energía.
Hace 10 años, los precios del comercio minorista duraban 7 meses sin cambios, hoy, descontando oferta y saldos, no llegan a 4, se duplicó la frecuencia de ajuste, mayor aun en tiendas WEB de electrónica. Otro efecto Amazon, aparte de su fuerza deflacionista, es que con precios ajustándose al instante, los bancos centrales nacionales no tienen forma de lograr equilibrio entre suministro y demanda, justamente donde está el poder para fijar los tipos de interés.