Sin duda, los momentos en los que mi espíritu me aleja del bullicio cotidiano en busca de la paz interior, son especiales, porque me permiten abrir el libro de mi vida para analizar, aquello que voluntaria o involuntariamente dejé de disfrutar, de ahí surge el presente artículo, al que titulé COINCIDIR, y que deseo compartir con mis estimados lectores
Quiero coincidir contigo MADRE, para no dejar de sentir que estás conmigo, para recibir el calor de tus caricias, así, cuando me sigues tratando como niño, y con tanto amor tocas con tus preciosas manos, mi añosa cara; para sentir tus besos llenos de ternura, y con ellos, alejar nuestra amargura de sentirnos lejos; para ver en tus ojos el reflejo de la amada historia del ayer, cuando solíamos compartirlo todo; yo, mis victorias y derrotas; tú, la dulzura de tus sabios y generosos consejos, ayer, cuando vivíamos un presente de complejos retos, pero siempre tuvimos el corazón lleno de esperanza, para forjar un futuro en el que caminaríamos juntos al final de nuestros días.
Quiero coincidir contigo amada ESPOSA, para vivir de nuevo nuestra vida en rosa, ayer, cuando no había amor más grande como el que en ti y en mí existía, cuando llenos de ilusión nos juramos amor eterno y ser los más amorosos constructores de un hogar sin penas ni complejos, donde juntos y sin dejarnos de amar, le diéramos a nuestros hijos más que riquezas materiales, valores como la honradez y la humildad, para generar en su entorno la armonía y la equidad, para ver en cada uno de su prójimo a un hermano de verdad.
Quiero coincidir con ustedes mis amados HIJOS, para contarles una y mil veces, y no puedan olvidar, que son producto del amor de dos seres al que el mismo Dios les dio su bendición, no sólo para heredar los genes para la eternidad, sino para encontrar en sí mismos la divinidad, herencia de su Padre celestial.
Quiero coincidir con mis HERMANOS, para que recuperemos el amor que antes nos tuvimos y que por tantos años yace reposando en el olvido, en un corazón con pena, pero arrepentido, ante la imposibilidad de pedirnos perdón y perdonarnos.
Quiero coincidir con mis AMIGOS, para darnos otra oportunidad, para dejar de temerle al amor que nos ha unido como hermanos, para darle a la vida el valor real, la alegría, la pasión por los buenos objetivos para conjuntar esfuerzos, para hacer de nuestro mundo un mejor lugar para vivir.
Quiero coincidir con todos USTEDES, mis queridos lectores, para encontrarnos con la verdad, la que nos lleva a tomar buenas decisiones en pos de una comunidad cálida y saludable, física, mental y espiritualmente, porque la vida hoy por hoy nos ofrece múltiples oportunidades, pero las dejamos ir por miedo, investido de apatía o desinterés, por creernos muy ocupados, pero sólo nos mantiene preocupados y nos conduce cada vez más por el camino del individualismo, alejándonos del bienestar comunitario.
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