Finalmente salió el valiente que se atrevió a jalarle las orejas a los responsables de la Central de Autobuses por su desobligación  a este espacio desde hace muchos años. Se trata del alcalde de Victoria quien dijo que, aunque no es su responsabilidad, ya notificó a la empresa para que pronto lleven a cabo trabajos de reparación para seguridad de los ciudadanos.
La pregunta es ¿Porque hasta ahorita?, ¿Después de casi 4 años al frente de la administración municipal?, ¿Apenas se dio cuenta de las condiciones deplorables en la que se encuentra?, ¿Como es que no habían hecho nada antes? Y ¿cuánto tiempo más tendremos que esperar para que esto ocurra?
Es imposible calcular cuánto tiempo tiene en estas condiciones de olvido y desastre la central de autobuses, es un espacio que se ha llenado de baches (como la mayoría de las calles de la ciudad, por cierto), cráteres y obstáculos de concreto por donde quiera que volteamos que impiden el acceso a los automovilistas.
Cuenta la leyenda que los taxistas fueron los responsables de las barreras hechizas para impedir cambiar de carril y obtener mayor control del pasaje tras la rivalidad que existía con los ubers y didis, pero no es es solo el exterior del edificio el que requiere atención, por dentro está igual de descuidada.  Los  responsables de operar esta Central han omitido por años su responsabilidad de mantener en buenas condiciones este espacio que pertenece a los victorenses y que permanece en total olvido.
Según el acuerdo publicado en el Diario Oficial de la Federación el 26 de abril de 1978 , la concesión para la construcción y explotación de la Central Camionera de Ciudad Victoria fue otorgada a la empresa “Central Camionera Ciudad Victoria, S.A. de C.V”; su mantenimiento era responsabilidad de la Secretaría de Comunicaciones y transportes pero hace 47 años el gobierno federal le otorgó la concesión a esta empresa para que se hiciera cargo.
El documento que se puede consultar en el Periódico Oficial establece que esta empresa, que hasta ahora desconocemos a quién pertenece, tiene desde hace casi 50 años la responsabilidad de operar y mantener en buenas condiciones la terminal de autobuses,  dado que se trata de una concesión privada otorgada por el gobierno federal, la responsabilidad de su mantenimiento recae en esta concesionaria, pese a ello  la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes tiene la facultad y obligación de supervisión para garantizar que las instalaciones cumplan con los estándares de calidad, seguridad, eficiencia y todo lo que se estableció en el acuerdo, lo que evidentemente nunca hicieron.
La Central de autobuses de Victoria es un símbolo del abandono y opacidad, a esta empresa todavía le quedan tres años más al frente de la central, su concesión concluye hasta el 2028 y a nadie en el gobierno parece molestarle, y si se le sigue permitiendo esta falta de compromiso Victoria tendrá que esperar unos años más para contar con un espacio digno en donde recibir a sus visitantes.
 ¿Ahora si van a presionar?
 Leo sus comentarios en mis redes sociales. ¡Que Dios los bendiga, gracias!