Ha de pensar algún lector que el columnista no se sabe otro tema, sin embargo, el fin de semana en medios nacionales escuchamos y vimos estadísticas muy alarmantes, bastante, sobre el estado que guarda México en cuanto a la salud de todos nosotros.

Hay mucho problema de obesidad, sobrepeso y todo lo relacionado con las tallas grandes y extra grandes, y al parecer, como que no nos preocupa mucho, pese a que leemos que hay muertes causadas por enfermedades cuyo detonante es el peso de más: hipertensión, problemas cardiovasculares en general, diabetes y otros que nos llevan a un estado bastante deficiente.

En Tamaulipas, la Secretaría de Salud, a través de sus centros de salud, hospitales  y un ejército de promotores sigue promoviendo –valga la redundancia- un estilo de vida saludable, según nos conforma el subsecretario de Promoción y Prevención de la Salud, Alejandro García Barrientos, quien enfatiza que se dan pláticas, se llevan a cabo campañas cuando el DIF tiene una acción directa en algún núcleo poblacional, para incidir positivamente en ello.

Los gorditos y gorditas, gordos y gordas van en aumento, y eso no nos hace ver un buen futuro para la entidad.

Hay que ver que existen una serie de problemas sociales y económicos, y si a eso agregamos los sanitarios, difícilmente podemos tener un buen juicio sobre el futuro del Tamaulipas de nuestros hijos: hay que cambiar la mentalidad cuanto antes, y propiciar que la salud entre realmente por la boca, y sobre todo, que entre en familia, que todos los miembros de ella podamos colaborar para que otros no tengan los problemas que algunos tuvimos.

Recordemos, diabetes e hipertensión son detonados en mucho por el peso de más en el individuo, y es ahí donde hay que iniciar lucha.

García Barrientos es claro y dice que se necesitan acciones más enérgicas, por ello, tratan con otras dependencias de establecer actividades que nos ayuden, como por ejemplo, con las encargadas del deporte, para propiciar actividad saludable para todos, con resultados positivos, que mucha falta nos hacen.

Luego sucede que los problemas sanitarios son atribuidos al sector Salud, y a los funcionarios que tienen bajo su cargo estos programas preventivos.

Recordemos: nadie tiene a un médico detrás como si fuera sombra, y además, los funcionarios sanitarios son los que dictan las políticas, los que establecen estrategias, pero el que se come gordas de más o hamburguesas en todo momento es uno y no ellos.

No culpemos a los demás por aspectos que nada tienen que ver con la responsabilidad que debimos enfrentar desde siempre.

No podemos culparlos, la culpa, si es que se puede llamar así, es de quien utiliza el salero de más o come más de cinco tortillas en cada sentada; es culpa de quien omite las recomendaciones y se dedica a beber refrescos y bebidas en general con alto contenido de calorías.

No culpemos a los demás por nuestras fallas. No se vale, pues.

Y en ese sentido, el subsecretario García Barrientos hace eso en la recomendación de la Organización Mundial de la Salud –OMS- y la OPS, para apropiarse de la dirección de la secretaria en –Tamaulipas Gloria Molina, y “aterrizar” en clínicas y hospitales, centros de salud y todos los recursos, la información adecuada que permita mantener una mejor calidad de vida.

Pero García Barrientos no puede solo, y no porque no haya capacidad: somos 3.5 millones de personas (en números globales) los que debemos responder. No tendría tiempo para convencernos, por lo que debemos, en cada hogar, tomar las medidas pertinentes y evitar la obesidad hasta donde podamos, apoyándonos en los profesionales de la medicina, y logrando mejorar nuestra calidad de vida, lo que urge a todos, porque la salud no se recupera una vez perdida.

Y los gordos tienen los días contados, aunque suene fuerte.

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