Este pasaje navega entre la picaresca, la anécdota y la realidad. Lo referiré:

Carlos Echazarreta Delgado fue un político de tiempo completo.
Fue priísta de toda la vida, amigo de personajes de ese ámbito y tuvo en Tampico su cuna y desarrollo profesional como abogado y figura pública, sin dejar de incursionar en otros lares como la capital del Estado.
El “fue” y “tuvo” tiene fundamento. Carlos, a quien tuve el gusto de conocer y tratar, falleció hace poco más de un año, en junio de 2020.
¿Por qué recordarlo en estos momentos?

Carlos, polémico siempre por su cruda percepción de la realidad, solía exponer una especie de anécdota o parábola –no sé si era de su autoría o era prestada– en relación con las sucesiones del poder, sin importar el nivel o actores de éstas.

Hoy, ante la cercanía del relevo estatal en Tamaulipas y las historias que corren sobre cada aspirante, si me permite la comparto en estas líneas lo que señalaba, para después abusar de la paciencia de mis tres lectores y hacer una pregunta.
Va la anécdota:

Frente a quien quisiera escucharlo, Carlos argumentaba que en la política todos sus protagonistas son piratas. “Tú, ustedes, ellos, yo mismo, somos piratas”, apuntaba entre serio y jocoso.
“Es un hecho y no es eso todo lo malo, porque mis hijos y los de ustedes son o serán los hijos del pirata; y después los hijos de ellos todavía serán los nietos del pirata. Será hasta la generación siguiente cuando empiecen a dejar de verlos así”, aseguraba, palabras más, palabras menos, para dejar claro que en la política se requiere de “atributos” como la ambición sin freno, la pasión por el dinero y la deslealtad, entre otras conductas similares, muchas de las cuales se heredan de padres y abuelos.

Viene al caso este pasaje precisamente por lo mismo que motivaba a Echazarreta a opinar de esa manera: La sucesión del poder, en este caso, la del Gobierno del Estado en 2022.

Ahora va la pregunta:
Entre la nube de aspirantes que en Tamaulipas pululan en la antesala de los “destapes” sin importar colores o siglas ¿quiénes son entre ellos los piratas, sus hijos o sus nietos?
Malas noticias. Casi todos parecen ser uno de esos corsarios o por lo menos sus descendientes cercanos. Uno de ellos o una de ellas tendrá que asumir la candidatura o posiblemente la gubernatura. Habremos de votar, si decidimos hacerlo, por un pirata, o por uno o una de sus descendientes..

Parece que el inflexible destino nos enfrenta a un escenario fatal, no por lo trágico sino por lo inevitable, porque todo apunta que como desde hace muchos años, los tamaulipecos y el resto de los mexicanos tendremos que elegir a algún personaje o algún heredero de la oscuridad.
Así, en ese marco de antivalores, votaremos por el menos malvado, el menos corrupto o el menos inmoral. El menos pirata pues.
Gracias donde estés Carlos, por la lección. Tal vez no lo podamos evitar, pero por lo menos ya no podremos llamarnos sorprendidos…

¿DÓNDE ESTÁ EL SNTE?
Veo, leo y escucho en Tamaulipas declaraciones de todo nivel de autoridades escolares sobre el retorno a clases presenciales. Desde los regidores de un cabildo, presidentes municipales. titulares de secretarías, padres de familia y hasta del propio Gobernador, proliferan informes, avisos, análisis y una que otra especulación. ¿Y dónde está el sindicato?

El gremio que todavía maneja Rigoberto Guevara ha asumido la cómoda postura de pontificar desde un escritorio cómo debe hacerse ese regreso, pero sin meter las manos directamente y ensuciarse los zapatos en los planteles, para escuchar a los padres de familia y a sus propios afiliados, sobre las urgencias que enfrentan y enfrentarán en esa etapa.

Pareciera que a Rigoberto no le importa quedar bien o mal, dado que está a punto de dejar ese timón laboral. Tal vez ya olvidó que no dejará de ser el Secretario General de la Sección 30 del SNTE hasta que se de el relevo.
Ojalá que sea olvido, porque si es negligencia, que triste manera de decir adiós a su encomienda…

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