La cadena del poder bajo el régimen de “derecho de sangre” está más manifiesta que nunca en la integración de las listas de candidatos(as) a una curul federal. Predominan los hijos, hermanos y demás familiares de ex gobernadores, incluso algunos de ellos figuran como candidatos. Esta estrategia es un recurso de sobrevivencia, es el procedimiento o camino seguro para ganar una elección y en ese escenario se reducen las posibilidades de participación para quienes no cuenten con padrinazgo que les asegure una victoria electoral como examinaremos líneas abajo.
Empecemos por establecer que en cada elección el principal enemigo a vencer es el abstencionismo, que es una expresión manifiesta de la falta de aprobación social a los gobernantes y a los representantes en el poder Legislativo local y federal.
De acuerdo a datos del INE en las elecciones de 2021 el promedio de participación nacional alcanzó un 52.7%, pero el segmento de mexicanos de 18 años, o sea los que votaron por primera vez fue de 56 por ciento, pero la emoción del ejercicio de ese derecho decayó pronto, el caso es que los de 19 años sufragaron el 41.7 % pero la caída fue más estrepitosa entre los 25 y 29 años de edad con 39.6 %.
La participación más baja está en los adultos mayores con 85 años de edad y se manifiestan en las urnas en un 36 %. Es el total desencanto, es una etapa donde ya no pueden esperar nada, tampoco les pueden quitar algo, en esa etapa ya no se cree en los Santos Reyes, mucho menos en los mortales que van tras un jugoso sueldo y otras “prestaciones”.
Frente a ese escenario, los estrategas políticos se preguntan ante la proximidad de los comicios del próximo 2 de junio ¿Por qué vota la gente? ¿Qué los puede motivar? Por qué los electores en algunos casos se volcaron en las urnas a favor de alguien, algunos dicen que por carisma, otros porque saben comunicar, y algunos porque tienen “cara de buena persona”, así de simple lo manifiestan.
Pero la pregunta que se hace cada uno de estos operadores políticos que tienen la responsabilidad de obtener respuesta en las urnas para su cliente o amigo, es qué cualidades deberá hacer resaltar a su candidato(a), para que el elector crea en él o en ella ¿Qué tiene de diferente con los del pasado reciente?
En este caso nos estamos refiriendo a personajes sin antecedentes electorales. Porque si usted revisa las listas de los candidatos, sobre todo los de la coalición Morena-PVEM-PT verá que en su mayoría son los hijos, hermanos, cónyuges, cuñados, etc. de exgobernadores. O bien se trata de un exmandatario estatal, que es el caso de Eugenio Hernández Flores, que lo lanzan al ruedo precisamente por ese aval que garantiza un triunfo.
Un exgobernador del estado y del partido que usted quiera, tiene en los exalcaldes de su régimen, a los que él palomeó, el apoyo sobrado para sacar adelante una elección. Es lo menos que pueden hacer los ex presidentes municipales que gobernaron con ese ex mandatario, para gratificar haber sido favorecidos en su momento.
Es una cadena, porque cada exalcalde también favoreció a proveedores, constructores, y obviamente a los quienes lo acompañaron a gobernar ese municipio. Esa es la fórmula perfecta para obtener participación, cooperación y compromiso, porque además se sigue concatenando oportunidades de ocupación, inversión y otras actividades productivas.
Por eso concluimos que la cadena de poder florece bajo el régimen de “derecho de sangre”, sólo un integrante de una dinastía de poder garantiza a cualquier partido un triunfo electoral contundente, es el eslabón de una larga cadena de actos y de acciones que en el aquí y ahora pueden cosechar un triunfo absoluto e inobjetable. Y en esa ruta marcha el engranaje político electoral de 2024.