Los legisladores de la 63 legislatura tamaulipeca ingresaron la ley de ingresos y egresos del gobierno de Tamaulipas, la novedad principal es que el ejecutivo contempla en la misma la adquisición de un crédito superior a los 3 mil millones de pesos, que se invertirán en el rubro de la seguridad. Y por lo pronto se dejó de cumplir una de la propuesta de campaña, en la que aseguro que no endeudaría más al Estado. Aunque a decir verdad, en estos tiempos modernos de globalización difícilmente se puede avanzar en desarrollo y crecimiento del estado, sin un financiamiento, que ciertamente está justificado ya que se indica en que rubros se aplicaran los recursos.

Que es una de las prácticas acordes a la rendición de cuentas en proporción al ejercicio de recursos dentro de cualquier administración. Y que por lo mismo habla de una administración que aspira a transparentar el uso de lo más preciados de cualquier gobierno, como son los recursos públicos.

El renglón de la seguridad sigue vigente, lo que indica que es un capitulo que no ha concluido ni concluirá por los menos en los próximos cinco años. Pues la administración del Presidente de la República Enrique Peña Nieto concluye en 2018 y predomina la incertidumbre respecto a quien podrá ganar la elección federal de ese mismo año.

Sea de cualquier manera, el gobernador tamaulipeco tiene como propósito de su gestión recuperar la paz como sinónimo de desarrollo para esta región del noreste del país y, es uno de los retos que se mantienen en su segundo año de la administración.

Es un asunto profundamente delicado y subyacente, porque ha modificado la forma de vivir de quienes habitan el territorio tamaulipeco y por más se renueva la esperanza de un Tamaulipas diferente, pareciera que se agudizan las inercias hacia la inseguridad.

Como que las prácticas de ese fenómeno social pasaron a formar parte de la subcultura de los ciudadanos, donde el comportamiento paso de lo ordinario a lo normal. Y por lo mismo se observa que cualquiera se siente con capacidad para replicar conductas no propias de una sociedad civilizada.

Cuya violencia pareciera tener sus raíces en el gas que recorre los yacimientos profundos de San Fernando al Estado de Coahuila. No será acaso este hidrocarburo una de “Las venas abiertas de America Latina”, de las que habla el escritor Uruguayo, Eduardo Galeano?.

En otro orden, durante la sesión de miércoles los legisladores del Congreso tamaulipeco además de darle entrada a las leyes de ingresos y egresos así como a la miscelánea del gobierno estatal, también aprobaron reformas, para garantizar la protección a las niñas, niños y adolescentes que sufren la separación de sus padres, así como modificaciones para dar atribuciones a los organismos encargados de velar por los derechos de las personas con discapacidad.

Según un informe de la Sagarpa, son 44 mil las hectáreas afectadas por la última onda fría, que arraso con casi diez mil hectáreas de maíz y frijol en 15 de los 43 municipios tamaulipecos. Lo grave de es que se trata de siembras para el autoconsumo de los productores del sector social. También hubo años en los huertos de mango y papaya en la zona del trópico como es la región de Llera de Canales.

Según un informe oficial de la dependencia, la afectación de los pastizales ocurrió sobre todo en los municipios de Soto La Marina y Aldama, precisamente donde se localiza la mayor parte del hato ganadero de Tamaulipas. En el cultivo de caña los principales años se localizan en los municipios de Antiguo y Nuevo Morelos, que si bien comercializan la zafra a molinos del Estado de San Luis, no dejan de ser tamaulipecos.

Ojala que el gobierno estatal como se ha caracterizado, aplique la justicia y entregue los seguros de 1,500.00 pesos por hectárea, hasta 20 hectáreas por productor y no incurra en prácticas del pasado, cuando los ganones fueron quien ocuparon puestos en la secretarias gubernamentales del ramo agropecuario. En otras palabras, “que no se queden con el cambio” como bien lo dijo el investigador Julio Pimienta.