Hay momentos en la vida de todo político en que lo mejor que puede hacerse es no despegar los labios

Abraham Lincoln

Hay quienes muestran extrañeza por el rijoso comportamiento del ex gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, a pesar de ya no gozar de fuero y estar expuesto a dar con sus huesos en una celda.

En realidad no hay novedad en esa actitud.

El ahora acusado de una cauda de delitos y corruptelas, siempre ha aplicado una vieja máxima en sus incursiones políticas: La mejor defensa es el ataque.

Montado en esa postura escaló durante años posiciones en ese terreno e invadió esferas de poder. Sus propios adversarios le ayudaban involuntariamente al subirse al ring con él a fajarse en “tomas y dacas” interminables. Hasta que descubrieron el antídoto.

No es éste el señalar sus vicios y exhibir sus abusos, sino todo lo contrario: La solución, aplicada en la administración de Eugenio Hernández Flores, fue hacerlo invisible. ¿Cómo?

Cabeza de Vaca recorría el Estado citando a ruedas de prensa para lanzar flechas incendiarias a sus rivales y alimentarse de sus respuestas. Pero al día siguiente se subía por las paredes y ardía en cólera porque ningún medio, formal e informal, hacía eco de sus diatribas. Simplemente dejó de existir políticamente.

Así pasó la segunda mitad de la gestión geñista. Olvidado por la sociedad vio cerrarse las puertas de sus aspiraciones a ser candidato a gobernador, objetivo que logró hasta que Egidio Torre Cantú se las abrió seis años después a cambio de no ser molestado en su patrimonio y libertad.

Hoy, Cabeza de Vaca ha retomado esa estrategia. Ataca y vuelve a atacar porque sus contrincantes caen en el garlito y siguen alimentándolo con alusiones y denuncias un día sí y otro también, lo que para el reynosense ha sido oro molido como beneficiario de la vieja recomendación portesgilista que reza “no importa que hablen bien o mal de ti, lo importante es que hablen de ti”.

Y vaya que así ha sido. Prácticamente todos los días se lecita ácidamente en eventos, entrevistas, reuniones, fiscalías y otros escenarios, concediéndole una beligerancia que el ex ejecutivo no tiene en realidad, pero que él usufructúa alegremente hasta lograr ahora –hágame el favor– de ser incluido en la lista de aspirantes panistas a la Presidencia de la República. ¡Virgen de la Macarena! diría asustado un español.

Ya no le ayuden por favor.

Adelante con las denuncias judiciales en su contra, adelante con los esfuerzos por hacerle pagar sus tropelías, adelante con el esfuerzo de que los abusos panistas de ayer no disfruten de impunidad, pero a la par dejen de medirlo a la misma altura de las autoridades actuales al ponerse los guantes con él. Eso es lo que busca.

Un vistazo al reciente pasado geñista les confirmará que lo peor que le puede suceder a un político no es una denuncia, sino el olvido. Como señalé antes: El no existir…

INE: ¿ENEMIGOS ENTRE LOS AMIGOS?

¿Quienes quieren bajar el perfil de la recién ungida presidenta del Instituto Nacional Electoral?

¿La oposición o el mismo gobierno?

No es una pregunta formulada sobre las rodillas. Guadalupe Taddei Zavala ya dio señales de que no es una mujer que se somete fácilmente, como lo demostró al apoyar la decisión colegiada de no asistir al terreno del Secretario de Gobernación para dialogar y en cambio, pedirle a Adán Augusto López que él vaya como invitado a la sede del INE. El mensaje fue claro: Respeten la autonomía.

Dudo que sea la oposición la interesada en demeritar hoy la imagen de la dama. Sus líderes aún no saben cuál es el perfil de doña Guadalupe en ese terreno y esperan ver resultados oficiales para entrar al quite, sea a favor o en contra.

Tal vez estoy delirando, pero en política se vale de todo. Podría ser que el grupo en el poder la esté calando o tratando de presionar para acudir a negociar y sentar bases para acuerdos no necesariamente públicos. La negativa al primer intento debe haber encendido focos amarillos.

Mantengamos los ojos abiertos. Esta nueva historia apenas empieza a escribirse…

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