Búscame en lo más evidente o en lo más oculto de tu presente, que parece hoy como ayer tan efímero o inexistente.
Búscame en el tiempo estacionario, donde viven los momentos más felices de tu existir, ahí donde vuelves a vivir, aunque todos crean que sólo son recuerdos.
Búscame en la ilusión de seguir escalando la montaña de motivos para seguir viviendo en la esperanza de que todo está bien, de que aquí no pasado nada.
Búscame cuando esté cansado y tu mente te haga creer que ya estoy acabado, ahí, donde mi espíritu indomable sigue siendo fuerte y mueve mis anhelos para poder sobrevivir.
Búscame en la ignorancia de tus desacuerdos de niña maltratada, la que no se siente valorada y de la mujer valiente que surge, cuando desesperada castiga sin piedad los cimientos de mi ser, para hacerlos caer por las lapidarias palabras de tu ira acumulada, al pensar que mi amor por ti no vale nada y que por igual nos causa dolor al pensar que no te quiero consentir.
Búscame cuando me resisto a ponerle valor a nuestro amor, cuando lo que yo siento por ti no tiene precio porque iluminas mi universo.
Búscame cuando tu orgullo lastimado sane y tu conciencia te invite a perdonarte y a perdonarme, porque mi herida no deja de sangrar, al pensar que no soy y no he sido nada para ti.
Búscame en la insensible sombra que ahora soy, porque siendo tú el motivo más grande para creer en el amor, ahora estoy perdido como cuando inicié mi recorrido para encontrarte.
Búscame ahora con más fervor que antes, para que sea más fuerte la atracción que nos unió cuando parecía que no estabas a mi alcance y no tengas duda cuando surja de nuevo la pasión, para hacer que nuestra unión palpite al ritmo de un solo corazón, hasta que el destino nos alcance.
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