López admitió que en su gobierno no ha habido crecimiento económico, pero los mexicanos de menores recursos han mejorado sus condiciones de vida. “Existe una mejor distribución de la riqueza; el presupuesto público no se queda en pocas manos, llega más a la mayoría de la gente”, pero sin crecimiento económico que lo genera el empleo y mejores salarios, ¿cómo es posible que se mejore la condición de vida? Es mentira que regalar dinero saque a un pueblo de la pobreza, es comprar simpatías a cambio de regalar lo que es del pueblo y que debe otorgársele a través de obras de bienestar social, fuentes de empleo y de mejorar las herramientas de capacitación del trabajador para que desempeñen empleos mejor pagados,
Mejorar la “economía de abajo” es un discurso repetitivo de López, es su único rollo en lo económico, y su herramienta es dar dinero a cambio de nada, no hay tarea para obtener el dinero, no hay que trabajar, simplemente porque en la presidencia hay un López benévolo con el pueblo. López hace traer a la memoria a López de Santa Anna, que perdió batallas y poco más de la mitad del territorio nacional.
López discursó de crecimiento promedio anual de 6% durante su administración. A medio año, sostenía que el PIB, crecería, “el estancamiento de la economía no importa pues “abajo, la gente tiene más capacidad de compra, más poder”.
El empleo se precarizó, informa el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, con base en datos del Inegi. En 2019, se destruyeron 2.9 millones de empleos con ingresos superiores a tres salarios mínimos y fueron reemplazados por puestos de trabajo que pagan menos de esa cantidad. Esto muestra que se perdió capacidad de ingreso familiar, de ninguna manera mejoró y el dinero público tiene límite. Al caer la labor productiva que genera riqueza por exportación y pago de impuestos y poner en marcha la rueda de la economía, el dinero público presenta merma. El grupo de quienes laboran menos de 35 horas a la semana por razones de mercado, quienes laboran más de 35 horas con ingresos inferiores al salario mínimo y quienes trabajan más de 48 horas ganando hasta dos salarios mínimos, sumó 10.6 millones en el tercer trimestre del año, dos millones más que en ese lapso 2018.
Un estudio por Coneval, reporta que en el tercer trimestre 2019, la población en pobreza laboral, que no gana suficiente para comprar la canasta básica, se situó en 38.5%. Dicho porcentaje se reprodujo en 17 de las 32 entidades federativas. El ingreso laboral, se encuentra por debajo del nivel de 2008 y no ha perdido mayor poder adquisitivo por la baja inflación de los últimos tres años.
López insiste sin evidencia, que la distribución del ingreso mejoró gracias a los programas sociales, no sólo por el ingreso laboral. Pero ese tipo de ayudas tienen dos condiciones: que sean sostenibles en el tiempo y que el gobierno tenga la capacidad de hacerlas llegar a todos los beneficiarios, ambas imposible de lograr.
Hay que reconocer que incrementar el salario mínimo en los puntos porcentuales que se aprobó, es una medida oportuna pues la inflación muestra control y se mejora el ingreso de millones de familias. Es oportuno que el Programa 68 y más, enderece el rumbo y se implemente para sacar a familias de la pobreza, basta de regalar dinero sin el objetivo social de rescatar de la pobreza a millones de familias. 68 y más debe ser complemento del promedio nacional de pensiones de IMSS, $4 mil mensuales.