En el ritmo de la Liturgia de la Iglesia de la Iglesia Católica con este domingo que se celebra la fiesta del “Bautismo del Señor” se termina el tiempo de Navidad.
El texto del Evangelio Lc. 3:15-16. 21-22, al presentar el Bautismo de Jesús precisa esta relación con consecuencias muy significativas para la vida cristiana.
En el texto del Evangelio aparece que Jesús siguió un proceso que puede y debe seguir todo cristiano.
El Bautismo de Jesús está conectado con su misión; en realidad recibe el Bautismo para iniciar su misión. Llama la atención que junto con lo anterior se mencione la apertura del cielo. En un ambiente en el que pensaba que el cielo, como lugar de bendiciones, estaba cerrado pero que se abriría con la llegada del Mesías.
El Bautismo de Jesús tenía que recordar a todos los bautizados que por el Bautismo tienen la responsabilidad de compartir la Buena Nueva del Reino al estilo de Jesús.
Se debe de tomar en cuenta que el Bautismo se debe aumentar sólo y principalmente las estadísticas; se debe tomar conciencia de que cada bautizado tendría que ser ejemplo de Jesús, un misionero auténtico, generoso y comprometido en la transformación de la comunidad.
Se puede orar con palabras el Salmo 103: “Bendice al Señor alma mía; Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza. Te vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como manto”.