Hoy he tenido más tiempo para pensar en mis recuerdos, y si bien es cierto, que muchos de ellos los he compartido con familiares y amigos, otros tantos han esperado su turno para asomarse a la consciencia y hacerme sentir de nuevo tantas emociones gratificantes, confirmando otra vez, que he sido bendecido por Dios con tantos y tan buenos días, al lado de personas maravillosas.
Hoy siento más nostalgia por el ayer que otras veces, porque al ir caminando más despacio, después de estar siempre de prisa, cuando no me daba tiempo para sentarme a disfrutar lo que había vivido con tanta ilusión, tanta energía con tanta pasión, pero sobre todo, con amor por todos y por todo lo que hacía.
Hoy, aquí sentado en la sala que no había estrenado, al cerrar los ojos, me pareció estar escuchando la algarabía de mis hermanos reunidos en la gran mesa al lado de nuestros padres; las vacaciones de verano en casa de los abuelos maternos, las navidades en la casa de los abuelos paternos; evoqué también momentos inolvidables, como cuando tomaba de la cintura a mi hermosa novia para hacer giros con ella y después caer sobre el pasto, en los domingos de antaño cuando visitábamos el viejo parque Tamatán; las reuniones con los amigos del barrio, el intelectual Mario, el siempre relajado Francisco, Jesús y Jorge los hermanos coraje; las rodadas en bicicleta con Dante; después vendrían las profundas y cultas pláticas con Antonio, sentados el porche de su casa, en aquellos sillones de lámina, acompañados algunas veces por su padre, quien compartía su sabiduría con nosotros; las caminatas con María Elena por la calle diecisiete, hasta llegar al Paseo Méndez y sentarnos en una mesa de la refresquería “Yalalag”; y las interminables pláticas en las tardes de novios, en la barda que era el único obstáculo que nos separaba; las quinceañeras de mis hermanas; mi ingreso a la universidad, mi boda y las bodas de mis hermanos; la compra del primer auto; el nacimiento de mis hijos y la felicidad de estar presente cuando dieron sus primeros pasos y dijeron sus primeras palabras; el festejo de sus cumpleaños; el crédito para obtener nuestra casa; mi graduación en el Casino Tampiqueño con la presencia a de mi padre, quien se animó a cantar “ Ojos Españoles”; mi internado de pregrado en ciudad Mante; mi servicio social en Nueva Ciudad Guerrero; la apertura de mi consultorio en el 10 Matamoros y la bendición del mismo, por Monseñor David Martínez Reyna QEPD; mi ingreso al servicio público institucional en la Secretaría de Salud; mis 6 años de trabajo en el Centro Comunitario de la Col. Río Mante, en el Mante, y la fortuna de conocer durante ese tiempo a muchos compañeros de viaje, entre ellos salubristas, maestros, agrónomos, comerciantes, choferes; mi llegada a la presidencia de una sociedad médica; mi incursión en el sindicalismo en defensa de los derechos laborales de los Trabajadores de Salud; llegar a la Presidencia del Foro de Profesionales y Técnicos; mi incursión como articulista en el periódico el Mercurio. Mi incursión como guionista de Teatro para la Salud, el éxito de la obra Cólera y la felicitación por el Dr. Jesús Kumate Rodríguez, Secretario de Salud, a nivel nacional; mi estreno como docente o facilitador en una Universidad privada; mis nombramientos como Director de la primera escuela de Psicología en ciudad Victoria, Director de la primera escuela de Medicina en ciudad Victoria, Coordinador de la unidad y posteriormente Vice-rector del Campus Victoria; la oportunidad para fundar la Delegación Tamaulipas de la Federación de Médicos al servicio de México, así como la oportunidad de refundar la Sociedad Tamaulipeca de Salud Pública. Mi posgrado en Salud Pública; la impresión de mi primer libro. La fundación del Consejo Profesional para la Equidad Laboral y el Fortalecimiento de la Ética Institucional.
Hoy me siento satisfecho por todas las oportunidades que Dios me ha brindado para servir a mi prójimo; pero lo mejor de todo, por la oportunidad de hacer un recuento de mi paso por la vida, esperando me siga bendiciendo para fortalecer la fe, porque viniendo de la nada y sin haber tenido aspiraciones mezquinas, me ha conducido por el camino de la verdad.
Correo electrónico: enfoque_sbc@hotmail.com
Ayer como hoy
Hoy he tenido más tiempo para pensar en mis recuerdos, y si bien es cierto, que muchos de ellos los he compartido con familiares y amigos