Se acaba de anunciar en Victoria un aumento a las tarifas del suministro de agua potable mediante la Comisión de Agua Potable y alcantarillado -COMAPA- y que entrará en vigor en cuanto se publique en el Diario oficial del Estado, es decir, a la voz de ya.
La noticia, aunque pudiera parecer justa, ha causado una gran indignación en una población desencantada con una administración que no ha sabido responder a las expectativas creadas y requeridas por todos:; que nos ha defraudado en materia de obras a realizar, en gobierno y en otro tipo de acciones, como las actitudes monárquicas de una familia que se encuentra “en el poder” y lo está ejerciendo de acuerdo a las costumbres monárquicas, por cierto, nada democráticas y definitivamente, el aumento está calculado de acuerdo al índice inflacionario en el país. Nada más justo que aumentar de acuerdo a la carestía de la vida, y tendríamos que ser inconscientes si no pensáramos que se requiere amentar para seguir otorgando servicios adecuados. Desgraciadamente, la respuesta ha sido poco favorable.
Cierto: a nadie nos gusta que nos aumenten las tarifas o precios, y eso lo sabemos todos, pero debemos entender que todo sube y debemos acoplarnos, aunque en este caso el motivo de inconformidad ciudadana es porque en las áreas donde nunca tuvimos problema de agua, hoy tenemos desabasto y por lo general muy poca presión en las tuberías, lo que argumenta el organismo que es por la falta del líquido, aunado a la infraestructura deficiente “que dejaron los de antes”, señalando, como siempre, los pretextos absurdos del gobierno que están de moda: culpar a los que estaban antes.
A los victorenses no nos interesa, sinceramente, cuando se dejó de cumplir o por qué hay mala infraestructura: queremos solamente abrir el grifo y tener agua, y eso es lo que no se ha entendido: no hay agua, y encima nos piden un aumento de tarifas.
Por eso la gente está molesta. No somos faltos de criterio y entendemos que los insumos han subido, que la obra es más cara, que los salarios a trabajadores de Comapa se han incrementado, aunque sea un poco, pero… ¿Y el servicio ue nos deben prestar?
Sabemos que hay muchas obras por delante, pero también sabemos que una adecuada gestión ante instancias estatales y, por qué no, federales, podría significar el incremento de recursos en alguna manera para paliar el problema y ofrecer a los usuarios un servicio, si no de alta calidad, al menos suficiente para satisfacer las necesidades más sentidas y básicas.
Ahora bien, es bueno entender que hay zonas en la ciudad cuyo abasto es punto menos que imposible por la situación geográfica: hay sitios demasiado elevados que definitivamente no se puede surtir por efecto de gravead, y por otros medios resulta económicamente imposible.
Los errores del pasado que permitieron que se asentaran viviendas en zonas no aptas para distribución los estamos pagando hoy en día. No es culpa de la administración del doctor González, pero ya en la silla de la presidencia municipal tienen que resolver esta problemática heredada o no, actual o no, y que sí afecta a decenas de familias victorenses.
Es necesario entender que los aumentos son necesarios aunque no nos gusten, pero también es importante, como autoridad, entender que los ciudadanos pedimos servicios y respuestas a nuestras necesidades. Es lo menos que pueden darnos.
Seguramente vendrán una serie de protestas, aunque las medidas se presentarán nos guste o no. Es tiempo de entender que debemos ajustar nuestros pagos, pero también es tiempo de que quienes se aventuraron a pensar que podían gobernar lo hagan adecuadamente, y nos proporcionen los servicios y atención que los miles de victorenses requerimos para pensar que tenemos una autoridad, si no positiva, si no buena, al menos medianamente competente, que es lo que debían hacer a juzgar por lo que cobran sin merecerlo.

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