La cara de los presentes denotaba somnolencia, tal vez fatiga acumulada por tantas horas de desvelo, o solamente fastidio. Antes de llegar a la cita pactada, surgieron múltiples obstáculos altamente desmotivadores con la intensión de cancelar lo planeado; total, ¿qué pudiera perderse al dejar de cumplir con el compromiso? ¿Acaso no estábamos ahí por voluntad propia? o ¿todavía nos sentíamos obligados a asistir por considerar que obedecíamos un ordenamiento?  La verdad no lo sé, pero no estaba en mí desistir, porque mi compromiso con todo lo que emprendo, siempre ha sido real, renunciar a ello equivaldría a perder la fe en lo que hago y también por el motivo que me ha impulsado a no darme jamás por vencido, aunque en algunas ocasiones, me sienta como si me encontrara solo en el desierto.

Nunca pensé que eventos deportivos o políticos fueran más importantes que despertar a la vida, que el hecho de ir en busca de la verdad o de encontrar el motivo real de nuestra razón de ser. Nunca he entendido por qué los jóvenes se resisten tanto a enfrentarse con una realidad que les  puede dar acceso a desarrollar todo su potencial, y con ello alcanzar un grado de satisfacción en la vida basado en lo que realmente tiene valor.

¿Quién está aquí? Están los enfermos, los viejos, los que viven en la desesperanza, los que sin aceptarlo, se han dado por vencidos , y ahora, en un  segundo intento por vivir, por ganar tiempo a la vida, se dejan llevar por el impulso del viento. ¿Hacia dónde están mirando? ¿Qué están escuchando? Poco a poco fueron despertando y su mirada empezó la búsqueda, fueron escuchando y sus oídos buscaron también en aquel espacio abierto, donde se pierden los sonidos.

¿Quién está ahí? -se preguntaron- y sólo escucharon su propia voz, porque sus ojos no pudieron ver más allá de lo que necesitaban y sus oídos no pudieron escuchar más allá de los rítmicos latidos de su corazón; después, extrañados, y con cierto temor, se miraron entre sí, y se dieron cuenta de que ya no eran los mismos.

Así como ayer, Él estuvo ahí y no lo reconocieron.

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