Como ocurre cada seis años, los tamaulipecos conocimos el sábado 1 de octubre otra lista de buenas intenciones, elaborada por el nuevo Gobernador, Américo Villarreal Anaya, dado el fracaso del Francisco García Cabeza de Vaca, como titular del poder ejecutivo local.

Cada mandatario estatal de la época moderna del Estado, se ha propuesto hacer historia y legar obras relevantes que los hagan recordar en el futuro, como constructores, visionarios, ejemplares.

Así como ejemplo, el médico Emilio Martínez Manautou es recordado, entre otras cosas, por la modernización que les dio a algunas ciudades, especialmente a Victoria, que dejó de ser desde entonces, aldeana y se hizo metrópoli.

Américo Villarreal Guerra promovió la construcción del acueducto desde la presa “Vicente Guerrero”, Manuel Cavazos Lerma fue el Gobernador carretero, en tanto que Tomás Yarrington quiso ser candidato presidencial y el sucesor, Eugenio Hernández Flores, construyó el Parque Bicentenario.

Egidio Torre Cantú y Francisco García Cabeza de Vaca han sido los más recientes Gobernadores con menos gasto público productivo; hicieron despilfarro de recursos en sueldos de primer mundo, viajes, viáticos y otras excentricidades.

Para evitar que le reclamen y le echen en cara su ineficiencia y opaco manejo de recursos, Egidio se fue a vivir a Nuevo León, en tanto que Cabeza de Vaca preferirá radicar en Estados Unidos, pues aquí podría ser repudiado en público.

Y no es que le importe a Francisco que le escupan en la cara, metafóricamente hablando, pero le gustan el glamour y los ambientes exóticos y refinados, por lo que es factible que se quede a vivir en el vecino país.

Cabeza de Vaca ni siquiera vivió en Ciudad Victoria durante la mayor parte del sexenio que tuvo en sus manos el manejo del gobierno estatal. Gobernó, por decirlo de alguna manera, a control remoto.

No fueron pocas las veces que Cabeza viajaba de Ciudad Victoria a McAllen, Mission, Edinburg o cualquiera otra ciudad de Texas donde tiene residencias, solo para pernoctar.

“La pesadilla terminó” se repitió hasta el cansancio en redes sociales, escrito por tamaulipecos cuando se confirmó la toma de posesión de Américo. El beneplácito, el gusto no fue por la llegada al poder del abanderado de MORENA, sino por la salida de Cabeza de Vaca.

Además de ser el peor Gobernador de Tamaulipas, Francisco es el “servidor público” más repudiado por el pueblo. Pero eso no le quita el sueño porque lo suyo fue hacer dinero fácil y rápido.

La apuesta es ahora por adivinar si alcanzará a huir de México antes de que la justicia le eche el guante y lo meta a la cárcel, por cualquiera de los tres delitos federales, graves, que pesan en su contra.

Por su parte, el nuevo Gobernador empieza a instalarse, él y su equipo, en el viejo edificio sede del poder ejecutivo, luego del abandono que sufrió durante el sexenio de Cabeza, pues el panista no despachó allí.

El discurso de la inauguración del nuevo gobierno, fue particularmente crítico y de reprobación contra Francisco y su pandilla, pero Américo se cuidó de no anunciar que emprenderán acciones legales contra ellos.

El mensaje ofreció no endeudar más al gobierno y desterrar la corrupción, terminar con los moches en obras y contratos así como empresas fachada y el arrendamiento de equipos o servicios innecesarios.

No habrá más negocios privados al amparo del poder público, ni concesiones onerosas que beneficiaban a unos cuantos pero en perjuicio del patrimonio de los tamaulipecos.

Lo que Américo quiso decir, es que con el dinero que ya no se robarán Francisco y los suyos, se harán mas obras en beneficio de la gente, al crecimiento del empleo y de la economía, así como de la seguridad pública.

Seguramente Cabeza conoció previamente el contenido del mensaje, o cuando menos lo intuyó, pues prefirió inasistir a la ceremonia y evitarse esa vergüenza, aunque con ello rompiera una venerable tradición. Actuó como un cobarde.

Los invitados de honor en la toma de posesión fueron, entre otros, el emisario presidencial Adán Augusto López Hernández, titular de Gobernación; el canciller Marcelo Ebrard y la jefa de gobierno de la ciudad de México, Claudia Sheinbaum.

Algunos periodistas hicieron notar las ausencias de Carlos Enrique Cantúrosas Villarreal y de José Ramón Gómez Leal, que podrían ser incorporados al Gabinete, más adelante.

Tampoco estuvieron presentes los ex Gobernadores Manuel Cavazos Lerma y Egidio Torre Cantú.

Al concluir la ceremonia, hubo dos comidas, una en honor de los invitados especiales, y otra para periodistas, donde no fuimos requeridos.

Desde ayer domingo, funcionarios del nuevo gobierno iniciaron revisiones contables y de flotilla de vehículos, para certificar que todo esté en orden y que no se haya producido una rapiña “de salida”.

La flamante tesorera estatal, Adriana Lozano, diputada federal con licencia, reveló que tiene la confirmación de una deuda superior a los 16 mil millones de pesos y lo que ahora procede es investigar si el dinero fue empleado correctamente.

Por su parte, el presidente municipal de Ciudad Victoria, Eduardo Gattas, hizo a través de la prensa un pedido al fiscal general de justicia Irving Barrios Mojica, de hacer bien las cosas, pues Cabeza usó a esa dependencia para perseguir a sus adversarios políticos.

Cumplen años el periodista y editor de Reynosa Martín Hernández, así como el reportero de Nuevo Laredo Gabriel González Valverde,

 

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