Es nota nacional la incertidumbre que rodea al gobernador electo de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya en torno a acciones judiciales en su contra, de las que presume se están orquestando en la obscuridad y de las que puede ser víctima, pero sin tener certeza de ellas, motivo por lo cual no puede pensar en un amparo, porque no hay materia (orden de aprehensión) para llevarlo a cabo.
Sea como fuere, la realidad es que los focos rojos de alarma se encendieron en terrenos morenistas, porque se ve inexplicable que a estas alturas la autoridad electoral encargada de resolver el fallo de la elección, siga posponiendo el resultado manifestado en las urnas.
Esto genera incertidumbre, desconfianza y suspicacia y el resultado fueron sendos eventos suscitados este miércoles, uno de ellos en el escenario nacional protagonizado por el primer morenista del país y otro en esta ciudad capital al convocar a una conferencia de prensa de manera extraordinaria, ya que cada lunes se emiten posturas del gobernador electo o del equipo de transición.
Así las cosas, es que se recurrió al presidente Andrés Manuel López Obrador y al Secretario de Gobernación. El primero de ellos en la mañanera de este miércoles se refirió a que “hay quienes quieren que se anule la elección en la que Américo Villarreal ganó”.
Luego AMLO expresó refiriéndose a AVA, “Lo considero una gente recta y me dio mucho gusto cuando conocí los resultados (del proceso electoral), porque Tamaulipas necesita un buen gobierno, una gente honesta”.
El otro acontecimiento protagonizado por el doctor Villarreal con representantes de la prensa victorense, acto en el que advirtió, que ocho personas entre ellos él, pudieran ser sometidos a órdenes de aprehensión, aunque fue muy extenso en su declaración en ningún momento pudo precisar la autenticidad de ese supuesto procedimiento que le pudiera quitar su libertad.
De ahí que a pregunta precisa de la prensa sobre la posibilidad de ampararse, su asesora jurídica, Tania Contreras, aclaró que no procede porque en realidad no tenían hasta ese momento (las 2 p.m.) nada claro, es decir no había tal orden para detenerlo y por lo tanto tampoco para ampararse.
La versión es que de alguna manera Villarreal Anaya se enteró que el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca sostuvo una reunión con el juez de control de base en Altamira, Miguel Moreno Castillo y que se especula sería transferido en ese mismo cargo a Victoria, donde practicará la supuesta diligencia contra 8 personas, entre ellos Eduardo Gattás, Carlos Canturosas, Manuel Muñoz y posiblemente Américo Villarreal, en esos términos el gobernador electo describió sus temores, siempre bajo el concepto de conjetura, y consideró que dada la gravedad de los hechos que se deducen, fue que consideró pertinente darlo a conocer a los medios de comunicación.
Esta posible orden de aprehensión fue la que hizo que todos los medios con presencia nacional, difundieran las declaraciones de Américo Villarreal en ese sentido, y no en el tema del resultado electoral.
La circunstancia es que el doctor Américo considera que el gobernador de Tamaulipas, que está por entregar el cargo, viene realizando una campaña de descrédito contra él y su familia. Es una estrategia sucia, que en un caso particular, “ha sido desmentida por el propio embajador de los Estados Unidos de América en nuestro país Ken Salazar”.
Usted ya lo sabe, un día surge una versión y postura del bando entrante y al día siguiente la aclaración del saliente. Esta es la primera vez que una transición se observa en este nivel de conflicto, que desfavorablemente podemos prever puede extenderse más allá del 1º de octubre, en cuyo caso será lamentable, porque en lugar de ocupar toda sus capacidades en atender las demandas ciudadanas, impulsar el desarrollo del estado y planear el futuro de la entidad, se van a distraer en el campo de batalla que desde ahora es Tamaulipas.