No me gusta la soledad, porque mi sombra, a quien consideraba mi mejor amiga, decidió marcharse, y cuando le pregunté por qué lo hacía, ella me dijo con pesadumbre que prefería quedarse callada, porque de contestarme, ya no podría irse de mi lado, porque yo tenía como costumbre regresarle a la vida todo el oxígeno que ésta me había prestado; son tus charlas, dijo, interminables, más no aburridas, pero así como en ocasiones te dan esperanza y generan alegría, otras veces, por el contrario, te ponen triste y te llenan de melancolía, pero sobre todo, tienen la tendencia de desnudar el alma, de verte tal y cual eres, de reconocer tus virtudes y tus cualidades, en pocas palabras, de hacerte ver como único responsable de todo lo bueno o lo malo de lo que te pasa o te puede pasar en la vida. Es difícil ser tu sombra, dijo, eres demasiado intenso, si amas, lo haces de verdad, no te das un descanso, al menos, no para dejar de incidir tanto en la emociones de los demás, y todo para que no se pierda la verdadera razón del ser y estar del hombre sobre la tierra, para no olvidar su origen dual, parte humana y parte divina, así como lo quiso Dios cuando decidió enviar a su unigénito a la tierra, todo para que él pudiese reconocer por sí mismo lo que es amar y decidir así entre vivir una vida o una eternidad.
No te vayas sombra, no me gusta la soledad, desde que apareciste en mi vida, supe que el sol tenía la facultad de reflejar, lo que han dicho que es invisible e intangible: el Santo Espíritu, que es quien acompaña y guía al cuerpo material donde se encuentra la semilla que dio origen al hombre sobre la faz de la tierra. No te vayas sombra, en estos tiempos infames, que aceleran la extinción de la imagen y semejanza del Creador, en un mundo donde el amor empieza a desvanecerse por la conversión de la verdad, en la falsedad de una existencia virtual, donde el contacto humano se pierde en la irrealidad de decir que se ama, se extraña y no se olvida, pero al no tener plena conciencia, hará reinar la insensibilidad y la inconciencia.
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