El síndrome geriátrico nace al identificar particularidades de la persona adulta mayor enferma. Son cuadros originados por conjunción de enfermedades de alta prevalencia en el anciano, origen de la incapacidad funcional o social en la población. Es manifestación (síntomas) de muchas enfermedades, también ser origen de problemas que debemos tener en cuenta desde su detección para su prevención. Su comprensión corresponde a disciplinas médicas que tratan pacientes mayores, enfermería, psicología, trabajo social.
Síndromes geriátricos: Inestabilidad y caídas. Úlceras por presión. Depresión, ansiedad e insomnio. Hipotermia y deshidratación. Estreñimiento. Malnutrición. Deprivación sensorial: disminución auditiva y visual. Deterioro cognitivo: demencia y síndrome confusional agudo. Fragilidad social. Su impacto en la calidad de vida y la discapacidad es sustancial.
Con frecuencia, la queja principal no representa la condición patológica específica al cambio en el estado de salud. Ejemplo, una infección de tracto urinario precipita el delirio, es la función neural alterada en forma de cambios cognitivos y de comportamiento lo que permite el diagnóstico del delirio.
Síndrome confusional agudo: (delirium), transitorio y reversible en el cual hay alteración en la atención, nivel de conciencia y disfunción cognitiva, agudo y curso fluctuante. Ocurre, en el marco de un proceso de enfermedad aguda y no puede ser explicado por la existencia o desarrollo de una demencia.
Demencia: caracterizada por deterioro persistente de las funciones cognitivas, del estado mental y de la conducta social, no causado por un delirium, y que interfiere en las actividades de la vida diaria y la actividad laboral o social.
Depresión: uno de los síndromes más frecuentes e incapacitantes. Altera la calidad de vida y se asocia a elevados costes sociales y de salud.
Polifarmacia: 80% de los ancianos presenta enfermedad crónica (hipertensión, diabetes, artrosis, insuficiencia cardiaca) Muchos presentan varias de forma simultánea, lo que condiciona alto consumo de fármacos.
Malnutrición: Gran síndrome, factor de fragilidad. Patología en sí misma. Su presencia se asocia a aumento de la mortalidad y de la discapacidad; mayor frecuencia de caídas y fracturas o el empeoramiento del deterioro cognitivo. Se asocia con retraso en la cicatrización y en recuperación tras la cirugía, prolonga la estancia hospitalaria y aumenta la frecuencia de reingresos.
Insomnio: El sueño reparador es esencial. Provocan alteración del sueño cambios asociados al envejecimiento, factores psicosociales (jubilación), enfermedades, muerte de un familiar, alteraciones del ritmo circadiano, lo que aumenta la morbimortalidad y disminuye la calidad de vida.
Disfagia: Dificultad para el paso del bolo alimentario de boca a esófago inferior. Aumenta con la edad, compromete el estado nutricional, aumenta el riesgo de neumonía por aspiración, con repercusiones físicas y emocionales pudiendo conducir al aislamiento social.
Fragilidad: Es la pérdida de la reserva fisiológica del organismo que provoca deterioro funcional. De progresar lleva a vulnerabilidad, discapacidad y dependencia.
Incontinencia: Alta prevalencia y potencial para originar incapacidad, es vital intervenir sobre ella. No es parte del envejecimiento normal, aunque cambios relacionados con la edad contribuyen a su aparición. Deteriora la calidad de vida del paciente y origina alta comorbilidad y elevado coste económico.

Adulto mayor
El síndrome geriátrico nace al identificar particularidades de la persona adulta mayor enferma. Son cuadros originados por conjunción de enfermedades…