Un buen día, llegó a mi consultorio un hombre adulto mayor, de aspecto bonachón, y tranquilamente se sentó frente a mí para exponerme el motivo de su consulta, y me dijo: Oiga médico ¿a qué edad empiezan a aparecer los achaques? A qué achaques se refiere, le respondí. A esos que dicen que llegan con la mayoría de edad. ¿A cuál mayoría de edad se refiere? Usted sabe, ya pasaditos los sesenta años. ¡Ah! bueno, los achaques de los sesenta años, aparecen pues a esa edad. Oiga médico ¿y cuando los achaques de los sesenta años aparecen a los cincuenta años, es malo? Todo depende del tipo de achaque. ¡Ah! ¿Entonces hay achaques buenos y achaques malos? Digamos que primero tendríamos que definir lo que son los achaques para usted. Bueno, pues a mi saber, un achaque es cuando te sientes mal por causa de algo. ¿Algo como qué? Será como comer un alimento en mal estado, bañarse con agua fría, haberte dado un golpe…
No, no, eso me queda muy claro, mire le voy a poner un ejemplo para que mejor me entienda. Me parece bien, usted dirá. Mire, uno puede ser tranquilo, como yo, siempre lo he sido, rara vez me enojo por algo, es más, yo no soy de pleito, digo, soy buena gente, pero de repente, como que no me está pareciendo que me estoy enc… Antes de terminar la frase lo interrumpo: Sí, sí, lo entiendo, se enoja fácilmente. Bueno, como yo le platico, soy muy tranquilo, así es que para que me enoje yo, mmm, tienen que hacerme enc…, en serio. Sí, sí lo entiendo. Pero, por qué habría usted de molestarse tanto. Le diré, el asunto es con mi mujer, ya no la entiendo, se molesta por todo, si me siento aquí, si me siento allá, si me quedo dormido, si hago o no hago cosas, bueno, ya ni puedo platicar con ella, porque dice que me estoy burlando, que digo las cosas en doble sentido, ahora resulta, que hasta hace poco era su dulce amorcito, y de repente, ahora soy un amargado, un bueno para nada. De pronto el paciente se mostró un poco inquieto, porque yo había dejado de replicarle y sólo lo estaba escuchando, y dijo: Oiga médico, ¿me está escuchando?
Claro, y con mucha atención. Se me figuraba que no. No señor, cómo cree que no lo voy a escuchar, su caso es muy importante para mí. Oiga médico ¿le puedo hacer una pregunta indiscreta? Claro hombre, desde luego. ¿Cuántos años tiene usted? Mire buen hombre, mi edad no viene al caso, lo que realmente importa es su situación, pero, creo que hubiese sido más conveniente que la que viniera a consulta hubiese sido su señora. Pues eso es lo que le he estado diciendo a usted desde hace rato, que a que edad empiezan los achaques, porque yo soy un hombre tranquilo, buena gente, pero mi mujer como que me ha estado dando una desconocida bien fea, y le pregunté a mi compadre y me dijo que lo que estaba pasando se debía a los achaque de la edad, y yo me dije, no vaya ser algo malo y le vayan a durar para siempre a mi mujer, imagínese, vivir lo que me resta de vida enchilado, o sea ¿usted me entiende verdad?.
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