Si se ubica usted en el segmento social que cree que las redes sociales son una especie de piedra filosofal –aquella que según la leyenda convierte el plomo en oro– para influir masivamente en la población, le tengo malas noticias.

Y son precisamente las campañas electorales el escenario.

No es una especulación. Las cifras que le expondré forman parte de un reporte del INEGI sobre los gastos al 13 de mayo en el proselitismo que encabezan los candidatos a gobernador en seis estados, incluido Tamaulipas.

De acuerdo a esa medición, los candidatos habían recibido globalmente 263 millones 636 mil 713 pesos, de los cuales en la fecha mencionada ya habían gastado 259 millones 744 mil 902.

La pregunta es ¿En qué gastaron ese dinero?

La respuesta es sumamente interesante, porque exhibe un retorno a las campañas tradicionales, a las del contacto directo, las de entrega de artículos personales, las de las visitas a casa o recorridos en puntos de alta concentración popular.

Van números:

El gasto en propaganda utilitaria, obsequios que se dan en actos masivos, como gorras y playeras, asciende a 67 millones 207 mil 786 pesos. Para la propaganda en la vía pública, que incluye espectaculares, pendones, pintas en bardas y otros, los aspirantes han destinado 64 millones 110 mil 504. Estos dos rubros suman 131 millones 318 mil 291 pesos, 51% del total del gasto en campañas.

¿Y las benditas redes sociales?

No es para que sonrían sus adeptos. Lo destinado a esos medios y propaganda en internet en el intento de ganar votos, apenas llegaba al 13 de mayo a 24 millones 688 mil 698 pesos. Sólo el 9% del total erogado en 40 días de labor, que parece indicar que las redes no son para partidos y candidatos, la panacea que proclaman sus seguidores.

El gozo al pozo para quienes descansan en los escenarios digitales sus expectativas de triunfo. Queda claro que los políticos le ven nuevamente más dividendos al cara a cara, al abrazo apretado y al carisma individual que sólo se pueden transmitir por esas vías en calles, hogares y centros de trabajo.

¿Quién o quiénes de los aspirantes a gobernar Tamaulipas han invertido su tiempo y dinero en sentir el sudor y escuchar la voz de los votantes?

Todos lo han hecho, pero quien más ha cimentado su trabajo electoral en la cercanía corporal ha sido César Verástegui, mientras Arturo Diez se ve limitado en número de contactos y Américo Villarreal le ha apostado más a las concentraciones masivas, pero sin desdeñar como dicen en el pueblo, los “arrejuntes”

Quién de los tres capitalizará más en votos su estilo para convencer, se verá hasta el 5 de junio, pero hasta ahora una derrota se deja ver prematuramente: La de las redes sociales. Como dice la voz popular: Numeritos hablan.

Y HABLANDO DE NÚMEROS BAJOS

No caminan solas las redes sociales en ese aparente desplome de sus niveles de influencia.

Junto a ellas se mueven, siempre en las cifras del INEGI, otras plataformas de gran alcance pero con meno reparto, dado que en mensajes para radio y televisión los candidatos destinaron cuatro millones 773 mil 421 pesos, 2% del total. Y a los medios impresos les ha ido peor, porque si a ese reporte nos ceñimos es ínfimo el gasto en ese rubro, que junto a las salas de cine apenas captaron oficialmente 783 mil 337 y 685 mil 516 pesos respectivamente. Entre ambos representan 0.56% del total. Difícil de creer.

¿Es pues irrelevante en campañas electorales el papel de periódicos y de las transmisiones radiofónicas y televisivas?

Nada de eso. No hay que juzgar sólo por las apariencias. La realidad es que los feroces topes de gastos en campaña inhiben el manejo formal del dinero y obligan a “acuerdos de damas y caballeros” que permiten un manejo informativo sin el aderezo de publicidad. Los medios impresos han sido históricamente protagonistas de esos consensos extraoficiales y en ese contexto radio y TV no curten malas baquetas. Lo que se ve es sólo la punta de un iceberg.

En resumen, la sabiduría popular se vuelve a imponer: En materia de medios de comunicación no todo lo que brilla es oro ni es el león como lo pintan. Las redes siguen siendo importantes sin duda, pero hoy no son el Santo Grial en política que tanto presumen sus simpatizantes….

Twitter: @LABERINTOS_HOY