Las acciones del gobierno federal siguen generando consecuencias desastrosas en algunas áreas bajo el argumento de que son acciones que debieron haberse hecho hace mucho tiempo pero que por “corrupción” no se había logrado.
Ejemplos hay muchos como el recorte al presupuesto para estancias infantiles que ahora mantiene a miles de niños a cargo de conocidos o vecinos ante la falta de recursos para costear una estancia privada; la falta de apoyo para productores y ganaderos, o la carencia de medicamentos en los centros de salud. Por otro lado, la “apretada de cinturón” en las delegaciones federales a dejado a miles de personas sin empleo al no renovárseles el contrato y así hay muchas historias más que lamentar.
El comentario sale a colación a raíz de la renuncia de delegado del ISSSTE en Tamaulipas, Eduardo Martínez Bermea quien argumentó la falta de apoyo del gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador como el principal motivo. No servían los aires acondicionados de las clínicas, faltaban medicamentos y además habían problemas sindicales lo que al final generó que la bomba explotara; no era un funcionario de su sexenio, aunque también estamos obligados a mencionar que en el sexenio de Peña Nieto las cosas no eran distintas.
La renuncia de Martínez Bermea viene 4 meses después de la de su director general, Luis Antonio Ramirez Pineda quien se convirtió, de hecho en el primer funcionario del nuevo sexenio en desertar en el cargo, aunque nunca trascendieron sus motivos. Y a menos de un mes de la salida de otro funcionario de salud a nivel federal, Germán Martínez del Instituto Mexicano del Seguro Social quien, al salir, se quejó “del ahorro y más ahorro; recortes de personal y más recortes de personal” que le impedían trabajar. Recordemos que después de su renuncia y queja pública, la secretaría de Hacienda liberó el recurso que solicitaba el alto funcionario, aunque ya todo había sido consumado.
Pero el renglón de salud no es el único que se ha visto afectado con recortes federales al presupuesto sino también uno de los más importantes de hoy en la agenda internacional, el tema migratorio.
Los alcaldes fronterizos del país no alcanzan a comprender cómo es que México firmó un acuerdo con Estados Unidos de aceptar a todos los migrantes que aspiran a recibir asilo político en el norte a pesar de que ellos, la nación más poderosa, podrían tardarse hasta años para dar una respuesta, lo que agravaría la crisis migratoria que hoy registran los estados fronterizos en donde no cabe ni un indocumentado más.
Los albergues en Tamaulipas, por ejemplo, están saturados de indocumentados de todas nacionalidades: las casas del migrante han decidido no dar asilo a nadie más porque no hay espacios suficientes ni recurso propio que alcance para mantener a toda esa gente que ha aceptado el gobierno.
Entendemos, no se trata de cerrarles las puertas y condenarlos, pero sí la decisión es mantenerlos en nuestras fronteras, ofrecerles trabajo y educación, de perdido asignen recursos a las entidades fronterizas para su manutención.
¿NO cree? Con copia para los representantes federales
Que Dios lo bendiga, gracias

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@DenisseRomeroM