El 27 de marzo se registraron los 3 candidatos a la gubernatura de Tamaulipas. Por parte de la alianza Morena-PT-Verde, el Doctor Américo Villarreal Anaya (Senador de la república con licencia), de la alianza PRI-PAN-PRD, Cesar el “Truko” Verástegui, y en Movimiento Ciudadano se registró Arturo Diez Gutiérrez. Los tres candidatos fueron acompañados de “militantes y simpatizantes” a su registro frente al organismo electoral.
En una semana comienzan las campañas electorales que tendrán una duración de 60 días, para que el 5 de junio salgamos todos los tamaulipecos con derecho a voto a las urnas a elegir nuevo representante del poder ejecutivo estatal para los próximos 6 años. Sea quien sea que resulte electo, esperemos que cumpla de manera cabal con la responsabilidad constitucional que obtendrá al ser elegido de manera democrática por el pueblo tamaulipeco.
Hoy en día, muchos ciudadanos comienzan a perder la fe en la política mexicana. Es importante señalar lo anterior debido a que nos damos cuenta de que por más que elijamos representantes populares por medio de elecciones democráticas, resulta que no existen mecanismos reales, eficientes y eficaces de rendición de cuentas.
En la democracia mexicana no existe ya la isonomía (igualdad ante la ley), no existe la isegoría (igualdad de participación en la asamblea), no existe la isokratía (igualdad de poder), principios fundamentales que subrayan la igualdad de los ciudadanos en una democracia. La participación ciudadana es muy importante el día de las elecciones, pero la participación ciudadana no debe de parar ahí, debe de continuar durante la gestión del gobierno. Los gobernantes se deben de dar cuenta que no gobiernan solos, se deben de dar cuenta que nosotros los elegimos y por tal razón, deben de rendirnos cuentas.
Visto desde un punto de vista diferente, el ir a votar el día de la elección significa ir a depositarle nuestra confianza a un ciudadano que quiere llegar a ocupar un puesto de elección popular, votar significa darle nuestra confianza para que tome las decisiones por nosotros. Ese es el poder de nuestro voto y así debemos de sentir la responsabilidad al entrar a la urna el día de la elección. Lastimosamente en las democracias modernas el menú de nuestras posibles opciones a elegir es muy corto y no siempre trae las mejores opciones. A veces uno puede llegar a querer de pistache, pero solo hay de vainilla, fresa y chocolate.