Concluyó uno de los sexenios más polémicos de México. Andrés Manuel López Obrador logró lo que ningún presidente  había logrado, llegar e irse del poder como uno de los presidentes con mejor aceptación por parte de los mexicanos, independientemente de sus polémicas decisiones.

Cuando AMLO asumió la presidencia en el 2018, contaba con una aprobación del 63 por ciento. A lo largo de su mandato su popularidad se mantuvo relativamente alta aunque episodios como la pandemia o los altos índices de violencia que aún se registran en el país afectaron su popularidad, sin embargo, al cierre de su administración el primer presidente morenista de México logró aumentar hasta un 10% la aprobación de los mexicanos, sobre todo del sector popular, cerrando su gobierno con 73% de aceptación .

¿Su estrategia? Los programas sociales sin duda, fueron el éxito de su administración. Hablemos de los adultos mayores, por ejemplo, que son el sector de la población que más ejerce su derecho al voto, son un grupo clave en las elecciones y de los más olvidados por administraciones pasadas. En el 2018 los adultos mayores representaron el 40 por ciento de los votantes, este grupo fué clave para que AMLO ganara las elecciones y no solo eso sino para que lograra la mayoría que requirió al final de su sexenio para concretar sus cuestionadas reformas como la del Poder Judicial y la que coloca a la Guardia Nacional bajo control militar.

Por otro lado están los jóvenes, que poco a poco se han involucrado más en la política; ellos constituyen el 30 por ciento de la población con posibilidad de votar y esto los convirtió en otra parte significativa del electorado. Los jóvenes fueron otro grupo de la sociedad mayormente favorecido con los programas sociales durante el sexenio pasado y curiosamente son el grupo de la sociedad que más ruido hace a través de las redes sociales que tanto utilizamos hoy en día.

Y finalmente comentaremos que fue su carisma,  cualidad que no tiene la ahora Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, otro de los factores que permitieron que AMLO cerrará su administración  con tan altos niveles de aceptación. Querramos o no, a pesar de errar en muchas de sus afirmaciones, manejar estadísticas irreales y pronunciar discursos irrisorios”el cabecita de algodón” conquistó a mucha gente con su simpatía, lo hacía a diario durante sus matutinas.

El presidente utilizó sus conferencias matutinas como una herramienta clave para establecer la agenda política y mediática del país durante su sexenio. Sus conferencias se  convirtieron en una plataforma clave, que ningún otro presidente ha tenido, para modelar el debate nacional y mantenerse en el centro de la conversación pública diariamente.

En resumidas cuentas, AMLO hizo lo quiso y logró su cometido, ahora sí “a la chingada”.

Leo sus comentarios en mis redes sociales, que Dios lo bendiga, gracias.