Luego de casi dos semanas de un viaje que nos llevó a Arabia Saudita, para la fase de semifinales del WBC Grand Prix, y de estar en Asia con grandes amigos, boxeadores y leyendas de nuestro querido deporte, ya estamos de regreso en México.

Y lo que vimos en Hermosillo, Sonora, con Camila “Magnífica” Zamorano, fue impresionante. Qué manera de pelear de una jovencita de apenas 17 años, quien dio una clase de boxeo ante una guerrera como lo fue Sana Hazuki. Más que una defensa de título mundial, fue una noche que marcó el inicio de una nueva era para el boxeo femenil mexicano.

Fue una gran actuación de Camila, quien mostró muchas de las cosas que vemos en las campeonas del mundo: carácter, inteligencia y elegancia arriba del ring, además de demostrar ser una guerrera que impuso respeto. Lució con técnica depurada, velocidad y hambre de trascender, y ante una rival que no vino de paseo, que también dio una gran pelea.

Apenas tiene 17 años y Camila Zamorano ya demuestra una gran madurez. Tiene apenas 13 peleas y ya es una gran inspiración para muchas niñas o jovencitas como ella, que sueñan con llegar a la élite del boxeo o de cualquier deporte que quieran practicar.

El Consejo Mundial de Boxeo se siente profundamente orgulloso de verla portar el cinturón verde y oro con tanta dignidad. Su humildad y entrega son ejemplo puro, además de que demuestra que el talento mexicano sigue brillando.

México es un país que ha dado grandes campeones del mundo a lo largo de su historia. Nuestro organismo siempre ha brindado el apoyo al boxeo femenil y Camila Zamorano se suma a las grandes campeonas que ha tenido este país, pero ella con un gran futuro por delante. En el Consejo Mundial de Boxeo siempre la vamos a apoyar, celebramos su triunfo y esfuerzo, y esperamos lo mejor en su carrera.

Esta semana también recordamos una de las más grandes carreras que se han visto en el boxeo mexicano y en el mundo, cuando nació la leyenda de Ricardo “Finito” López al ganar su primer campeonato del mundo, el del WBC. El 25 de octubre de 1990 fue por primera vez a Japón para retar a Hideyuki Ohashi, a quien venció por nocaut técnico en cinco rounds.

El joven mexicano mostró un boxeo tan técnico, tan elegante, que parecía arte puro. Era su pelea número 27 como profesional, apenas tenía 24 años y, ya con el campeonato mundial verde y oro en su poder, siguió con una gran carrera que es considerada de las mejores de la historia, pues terminó invicto.

Ricardo fue, es y será el ejemplo máximo de lo que representa el WBC: disciplina, honor, respeto y una búsqueda constante por la excelencia en cada golpe, siempre respetuoso, nunca metido en escándalos y con un gran andar en el ring. Su carrera terminó invicta, con 51 victorias, 38 por nocaut y un empate. Nadie, absolutamente nadie, logró vencerlo.

Para el Consejo Mundial de Boxeo, su nombre es sinónimo de orgullo. Fue un campeón ejemplar que aprovechó las oportunidades para demostrar su grandeza. Y, a 35 años de aquella memorable noche en Japón, en el mundo seguimos aplaudiendo su grandeza.

Otro legendario campeón que es un orgullo para el WBC es Evander Holyfield, una de las máximas glorias del boxeo y a quien tendremos el honor de recibir en una conferencia especial hoy lunes.

Holyfield es uno de los grandes ídolos del boxeo, quien tuvo muchas batallas dentro y fuera del ring, quien representa la esencia del campeón verdadero: fortaleza, fe, resiliencia y un compromiso inquebrantable con el deporte.

Para hablar de su carrera necesitaríamos esta y otras columnas. Fue campeón en peso crucero y en peso completo, enfrentó a los mejores y jamás rehuyó a los retos. Tuvo una trilogía con Riddick Bowe, dos peleas con Mike Tyson —una de ellas memorable por la mordida en la oreja—, y Holyfield dominó en una época donde había grandes nombres en su división.

Para el Consejo Mundial de Boxeo es un honor recibirlo. México lo recibirá con los brazos abiertos, pues en nuestro país siempre hemos sabido reconocer a los grandes, y Holyfield, sin duda, pertenece a ese selecto grupo: el de nuestros grandes campeones.

Llegó a su fin el Talent Pitch – Flow de Diseñadores, una iniciativa que presentamos en un Martes de Café, la cual une el arte, la innovación y el espíritu del boxeo bajo la plataforma TalentPitch. Se invitó a quienes quisieran participar a mostrar su talento creando un diseño original inspirado en un cinturón del Día de Muertos.

De entre decenas de participantes, el ganador fue José Francisco Salanueva, cuyo diseño sobresalió por su simbolismo, su equilibrio entre color, tradición y modernidad, y por capturar la esencia del Día de Muertos: una celebración de vida, memoria y orgullo mexicano.

El cinturón especial será entregado para dos peleas importantes del mes de noviembre: una que se realizará en Puebla, donde Gabriela “Bonita” Sánchez enfrentará a la argentina Tamara Demarco, y también para la pelea en la que Vergil Ortiz tendrá como rival a Erikson Lubin.

¿Sabías que…? Evander Holyfield fue el primer campeón mundial crucero y después se coronó como campeón mundial de peso completo.

Anécdota de hoy… Una vez más, Bangkok, la capital de Tailandia, será el escenario de la XLIII Convención Anual del Consejo Mundial de Boxeo del próximo 30 de noviembre al 5 de diciembre.

Estas reuniones eran los momentos más felices de mi papá en el año; ahí era donde veía a tantas personas queridas de todo el mundo y en donde había más productividad para seguir incansablemente los acuerdos que hicieran del boxeo un deporte más seguro.

Una de sus virtudes era atender a toda persona que llegaba a la convención, porque consideraba que era muy importante hacerlo con respeto, sin importar quién fuera ni el tema a tratar. Muchos viajaban desde otros continentes para plantear sus proyectos o simplemente estar en el lugar de las convenciones y platicar.

Esos momentos eran muy frecuentes, pero todos los convencionistas se iban con una sonrisa y una resolución. Iniciaba su agenda desde muy temprano y la cerraba, en muchas ocasiones, después de medianoche, listo al día siguiente para presidir la reunión que iniciaba a las 9:00 horas. Así era don José…