Juan Soto llegó al Petco Park. El cañonero ya está en su nueva casa y al presentarse con los San Diego Padres prometió ser una diferencia positiva para el equipo y una amenaza para los rivales.
La adquisición del cañonero de 23 años, en lo que tal vez fue la operación de mayor envergadura en la última fecha de canjes, energizó a los Padres y a sus sufridos fanáticos.
Y así como llegó, se puso el uniforme para saltar al diamante y debutar en su nueva casa. Cuando esta alineación esté en el campo, “se va a poner emocionante. Será difícil enfrentarla y deseo buena suerte a todos los lanzadores contrarios”, dijo Soto con una sonrisa durante su presentación en una conferencia de prensa.
Soto fue segundo en el orden al bate y cubrió el jardín derecho contra Colorado el miércoles en la noche, un día después de que fue adquirido a Washington en un canje que incluyó a varios jugadores. Se fue de 3-1 con una anotada y dos pasaportes.
El gerente general de Washington, Mike Rizzo, fijó el mes pasado un alto precio de venta después de que según distintos medios Soto había rechazado la más reciente propuesta del equipo, de un contrato de 15 campañas por 440 millones de dólares.
Los Padres tenían antes del juego del miércoles el segundo puesto del comodín de la Liga Nacional.
En la División Oeste, se encuentran 11.5 juegos abajo de los Dodgers de Los Ángeles. Soto, uno de los mejores bateadores jóvenes, dijo estar contento de que Bell fuera incluido en la transferencia.
Ambos fueron llevados a San Diego en un jet privado el martes en la noche.