Los Lakers ganaron, pero el pívot español sabe que sale de inicio solo de forma pasajera. Los Lakers florecen sin LeBron James y Anthony Davis. Y sin Andre Drummond, que duró 14 minutos en su debut con los de púrpura y oro antes de lesionarse.

Marc hizo un poco de todo ante los Kings, donde se redimió ligeramente de as últimas semanas, coronavirus incluido. Se fue a 5 puntos, 9 rebotes y 6 asistencias, disputó 28 minutos y los Lakers acabaron con un +20 con él en pista.

Ayudó en defensa, donde es mejor que Drummond, y en la circulación de balón angelina, una faceta de su juego ligeramente infravalorada y que el catalán favorece mucho más que su competidor en el puesto.

Aunque, simplemente, se podría decir que Marc Los Lakers, disparados en el triple A todo esto, los Lakers ganaron un importantísimo partido a los Kings.

En caso de perder, habrían caído al sexto lugar, pero sin LeBron ni Davis estas victorias son clave. Kyle Kuzma cuajó una actuación formidable (30 puntos, con 11 de 18 en tiros de campo), Markieff se fue a 14 puntos,

Caldwell-Pope consiguió 13+10, Schröder hizo un poco de todo (17+4+8), Harrell ayudó en el rebote desde el banquillo y Talen Horton-Tucker ha vuelto a recuperar el toque de muñeca y se fue a 15 tantos.

Los Lakers metieron los tiros liberados, algo esencial para ellos (van 13-3 cuando anotan más del 40% en triples, una variante en la que se fueron al 23-1 el curso pasado, incluyendo los playoffs) y no se desaniman en defensa cuando están bien en ataque (17 de 33 en triples, por cierto).

Y los Kings, nada: 26 puntos de Harrison Barnes y otra derrota que no les mata porque nadie muere del todo con el play-in pululando por ahí. Cosas de la NBA, un mundo en el que, como dice Marc Gasol, todo puede cambiar rápidamente. Y él lo sabe mejor que nadie.