Steal a Brainrot se ha vuelto viral entre los niños gracias a su mecánica sencilla, pero adictiva: los jugadores compiten por robar personajes virtuales, llamados “brainrots”, de otros usuarios.
Su estética colorida, personajes extravagantes inspirados en memes surrealistas de internet y la emoción constante de competir con otros hacen que sea muy atractivo para los más jóvenes. Además, la viralización en TikTok, YouTube y redes sociales ha amplificado su popularidad, convirtiéndose en un fenómeno entre la audiencia infantil.
Sin embargo, detrás de la diversión se esconden varias desventajas. La competencia intensa puede derivarse en acoso virtual y conflictos entre jugadores, lo que genera frustración y puede afectar la salud emocional de los niños.
Algunos reportes también señalan la presencia de contenido inapropiado, como lenguaje ofensivo o comportamientos tóxicos dentro de la comunidad. Por otro lado, las microtransacciones permiten gastar dinero real para obtener ventajas en el juego, lo que plantea riesgos financieros para los menores y añade presión para “ganar a toda costa”.
Roblox ha implementado medidas para mejorar la seguridad, como restricciones de chat, moderación de contenido y límites de edad para ciertos juegos (devforum.roblox.com). Sin embargo, especialistas coinciden en que la supervisión de los padres sigue siendo fundamental, así como mantener un diálogo constante con los niños sobre sus experiencias y emociones mientras juegan.
Aunque Steal a Brainrot sigue atrayendo a millones de usuarios, las preocupaciones sobre acoso, presión competitiva y exposición a riesgos subrayan la importancia de acompañar a los menores en Roblox, garantizando que su diversión no comprometa su bienestar emocional.