Pues el velador confesó que los ojos los pintó en su primer día de trabajo, dijo que ni siquiera él pensó que lo haría, pero fue más su aburrimiento, por lo que decidió que no pasaría nada.

Esto ocurrió en Rusia en una exposición llamada “El mundo como la no objetividad. El nacimiento de un nuevo arte”, donde fue contratado este hombre como velador nocturno.

El hombre decidió sacar su lado creativo en un lienzo de Anna Leporskaya, llamada “tres figuras”, la cual estaba valorada en 75 millones de rublos.

Por lo que mientras el hombre realizaba su trabajo, ya aburrido decidió pintarle ojos a la pintura y aunque al principio nadie lo notó, días después dos visitantes notaron los trazos extraños en la obra, los cuales evidentemente no correspondían a la obra original.

Debido a esto la pintura fue llevada a inspección donde efectivamente corroboraron que a pesar de que la obra no había sufrido daños graves, por suerte esta podría ser reparada sin que el daño fuera notorio, pero la reparación costaría 250 mil rublos.

Durante la investigación para saber quién fue el que había hecho esto, revisaron las cámaras de seguridad, pero desafortunadamente, no era posible apreciar bien la cara del malhechor.

Sin embargo al velador le pesó la conciencia y confesó el crimen realizado, pues dijo a los oficiales que “estaba aburrido en su primer día de trabajo”, por lo que el hombre será multado con 74 millones de rublos y un año de trabajo correccional.