La hora de la comida es sagrada, lamentablemente en la actualidad el constante ajetreo y las prisas convierten en ocasiones ese momento en una rutina aburrida que se hace más por necesidad que por placer.
Afortunadamente en Ciudad de México hay espacios que brindan experiencias que vuelven el momento de la comida algo inolvidable, como por ejemplo, Dinner in the Sky.
¿Te imaginas degustar un menú gourmet mientras disfrutas de una hermosa vista de la ciudad? No, nos referimos al ventanal de un piso 20, sino a estar sentados en medio del cielo.
La experiencia consiste en estar elevados a 45 metros de altura mediante una grúa ¿el objetivo? deleitar a los comensales con la espectacular vista mientras disfrutan un menú de 4 tiempos y tragos únicos de la mano de un reconocido chef.
Dinner in the Sky invitó a Excélsior Digital a vivir la experiencia y esto fue un poco de lo que se vivió en los cielos de Reforma.
COMIDA CELESTIAL
La experiencia comenzó en una sala lounge con un cóctel de bienvenida, ahí, mientras disfrutamos de un fresco mojito con buena música pudimos apreciar cómo se realizaban los últimos detalles, desde el acomodo perfecto de los cubiertos hasta el chequeo de la seguridad de los asientos.
Una pequeña alfombra roja da paso al lujoso comedor, el cual está sostenido por una enorme grúa encargada de elevar a los comensales.
Una vez que todos están en los asientos, incluyendo el anfitrión, el chef y los ayudantes, la aventura comienza.
Al ritmo de ‘Celebration’ de Kool & The Gang el comedor se empezó a elevar, entre los gritos de entusiasmo de algunos y las risas nerviosas de otros.
Con esa misma energía, nuestro anfitrión, Alberto, nos presentó a Álvaro Vásquez, nuestro ‘chef celestial’, un peruano con mucho amor a la comida mexicana.
La idea de este menú es mostrarles cuál ha sido mi experiencia en México hasta este momento. Con base a la memoria que guardo de mis viajes será un platillo. Quiero que vean mi manera de ver la cocina”, dijo.
El primer tiempo fue una milanesa vegetal de aguacate inspirada en las cemitas del estado de Puebla.
El segundo tiempo fue un atún con mole verde, inspirado en Oaxaca y sus sabores.
Regularmente no solemos asociar el atún a un mole, sin embargo, la idea de este plato también era mostrar su versatilidad. Es un atún sellado marcado con una ceniza especial, aderezado con mole verde y en la base un puré de col asada, lo más especial es la salsa, pues está hecha con chapulines”, contó el chef.
Dos cosas de la experiencia dejan sin aliento a quien se sienta en las sillas, la primera la increíble vista de Reforma y Campo Marte y la segunda el contraste de sabores.
Para el tercer tiempo la expectación se enfocó en la creatividad del chef, ¿qué más sabores podría ofrecernos que no hubiéramos probado ya?
El tercer tiempo, una carne asada con adobo inspirada en Monterrey, no decepcionó a nadie, al contrario, hizo que más de uno salivara.