1. El reto de las 48 horas
El último reto que se ha popularizado entre los adolescentes, y del que ya ha alertado la Policía por su peligrosidad, consiste en marcharse de casa sin avisar, sin dejar rastro y sin establecer comunicación ni con parientes ni conocidos durante 48 horas. La descabellada idea es que la familia y los amigos se preocupen lo suficiente como para denunciar la desaparición y que las redes sociales se llenen de mensajes de alerta.

La partida comienza cuando se acepta el reto y gana el que consiga un mayor número de personas que los buscan desesperadamente en las redes. La crueldad para con sus familias es tremenda y, desde luego, no es ninguna broma.

2. Blackout challenge
Este peligroso reto de TikTok propone a los usuarios que aguanten la respiración hasta desmayarse (con el fin de experimentar fuertes sensaciones) y, por supuesto, que lo retransmitan.

3. El juego de Jonathan Galindo
El perfil de un hombre que se hace llamar Jonathan Galindo, conocido como el Goofy humano por su «parecido» con este personaje de Disney, se cuela en las redes de los niños y adolescentes (Instagram, Facebook, TikTok). Una vez que aceptan la solicitud de amistad, este sombrío personaje les propone peligrosas pruebas, muchas de ellas conducen e incitan al suicidio.

4. Prácticas de riesgo en el Metro
Sin ir más lejos, hace unos días conocíamos la noticia de un juego peligroso que se está llevando a cabo en las estaciones de metro de Madrid, que ha llevado a un adolescente de tan solo 13 años a perder sus dos piernas y a poner su vida en auténtico peligro. Este macabro juego consiste en viajar agarrado en la zona de acople entre vagones del metro o recorrer el trayecto saltando de un convoy a otro. De acuerdo con la investigación llevada a cabo por el diario El Mundo, unos 25 metros después de agarrarse al vagón, se precipitó a las vías.

5. El abecedario del diablo
Bajo este nombre, un tanto macabro, se esconde un juego siniestro que lleva a los adolescentes, e incluso a niños pequeños, a producirse daño físico. La forma de proceder es simple: Los jugadores recitan el abecedario y dicen palabras que empiecen con la letra correspondiente, mientras que otra persona le araña o pellizca, ya sea con sus propias manos o ayudado de un cúter o unas tijeras.