El filósofo de la ciencia Thomas Kuhn (nada que ver con Agüero) defendía que la ciencia avanza conforme a paradigmas. En su definición, un paradigma es un marco conceptual compartido por una comunidad científica, que incluye teorías, métodos, valores y creencias fundamentales sobre el mundo y su naturaleza. Para Kuhn, todo paradigma tiene ciertas anomalías o inconsistencias; grietas que con el tiempo se van ensanchando hasta hacer obsoleto ese espacio de presupuestos compartidos, que es reemplazado por otra nueva manera de entender el mundo, en un movimiento que cierra ciertos debates y permite afrontar nuevos horizontes de conocimiento. Este movimiento es lo que denomina “revolución científica”.
Desde el pasado Mundial de Rusia en 2018, se está produciendo en el modo en que se arbitran los partidos un movimiento parecido al descrito por Thomas Kuhn del cambio de paradigma.
La aparición del VAR supuso un nuevo modo de definir la verdad del fútbol en lo que a los arbitrajes se refiere, es decir, nada menos que en lo tocante a la aplicación del reglamento. Muchos fuimos reticentes al principio. Algunos nos convencimos después. Otros no. Pero el método llegó para quedarse: hay que trabajar sobre el nuevo paradigma. Sin embargo, es evidente que ahora mismo existe un descontento general con el VAR. No con la tecnología, sino con su uso. No hay un consenso sobre cuándo usarla y cuándo no.
Ernesto Valverde lo ilustraba el otro día afirmando que no se puede arbitrar desde la distancia y con un telescopio. La metáfora fue acertada: parte de la construcción de la verdad es precisamente determinar en qué contextos han de aplicarse las tecnologías que certifican la realidad. ¿Es más precisa una cámara que el ojo humano? La respuesta no puede ser otra: depende de para qué.
Qué es la realidad, preguntaba Morfeo a Neo en la famosa escena de Matrix. Y él mismo respondía a la cuestión: “Es el mundo que ha sido puesto ante tus ojos para ocultarte la verdad”. Urge que todos los estamentos se sienten y definan qué hacer con una nueva tecnología de la que Valdano llegó a decir que traía la paz social al fútbol y ahora mismo está consiguiendo todo lo contrario.