En tiempos en que aumentan las advertencias sobre los peligros de las redes sociales, la miniserie “Social Studies” abre una ventana a la conmovedora pero aterradora vida digital de los adolescentes en Estados Unidos.
La directora estadunidense Lauren Greenfield filmó durante un año la cotidianidad de decenas de adolescentes en Los Ángeles, California, marcada por su constante interacción con el mundo a través de las redes sociales.
En cinco episodios de poco menos de una hora, Greenfield muestra a los espectadores lo difícil que es para la llamada Generación Z navegar por los turbulentos años de la pubertad en un mundo gobernado por algoritmos.
“Lo que ves en la serie es que muchos de los chicos tienen sentimientos encontrados en relación a las redes sociales”, dijo Greenfield en una rueda de prensa para promocionar el proyecto. “Ellos son muy conscientes de los efectos mayoritariamente negativos que les producen”.
“Social Studies” presenta historias de jóvenes entre 16 y 20 años bajo la permanente presión social de las plataformas.
La serie ahonda en casos como el de Sydney, una adolescente que muestra cada vez más piel en su cuenta de Instagram en un afán por capturar “me gusta”; de Jonathan, quien intenta lidiar con la frustración de no ser admitido en una universidad de élite mientras es bombardeado en redes sociales por historias felices de estudiantes que sí lo lograron; o Cooper, perturbada por cuentas que glorifican la anorexia.
– “Yo quiero eso” –
“Creo que muchos adolescentes se sienten una mierda gracias a las redes sociales, pero no saben cómo salirse de ellas”, cuenta Cooper en uno de los episodios de la serie.
Esta inmersión muestra a la audiencia las preocupaciones de la primera generación en nacer con plataformas, y cómo el contenido que consume moldea sus vidas.
La transformación digital de la apariencia física es uno de los temas dominantes, con los jóvenes alterando sus fotos con un par de clics antes de publicarlas.
“Si veo a alguien con abdominales, pienso ‘yo quiero eso’, porque capaz le caería mejor a la gente”, dijo otro joven.
Otro tema es la influencia que ejercen en jóvenes que están desarrollando sus primeras relaciones íntimas o románticas al exaltar, por ejemplo, prácticas sadomasoquistas.
“Social Studies” muestra además el impacto que tiene el consumo de noticias en una plataforma tan inmediata: en uno de los episodios el pánico se apodera de un centro educativo cuando rumores sobre un falso tiroteo se difunden en las redes en segundos.
“Es difícil distinguir entre lo que te han metido en la cabeza y lo que realmente te gusta”, dice una joven en una de las varias ruedas de debate que retrata la miniserie.
Pero el documental trae también la otra cara de la moneda: cómo las redes sociales juegan un rol importante en conectar a personas que se sienten aisladas, como una adolescente transexual que, incomprendida por su madre, consigue apoyo en la comunidad virtual.
– “Acción colectiva” –
“Social Studies” retrata a una generación desorientada en el torbellino digital.
Algunos, como Ivy, de 17 años, intentan hacer frente pausando sus redes sociales durante las vacaciones, pero no saben como vivir sin estas plataformas.
“No escuchamos opiniones de los expertos, no hay otros analistas que los propios chicos”, dijo Greenfield. “Y tenemos la oportunidad de ver cómo esto se desarrolla en sus vidas, así que fue una oportunidad para abordar esto sin prejuicios”.
Cómo abordar el potencial peligro de las redes sociales en el desarrollo de adolescentes es un tema que gana fuerza en la opinión pública estadunidense.
Vivek Murthy, el principal portavoz en materia de salud del gobierno, propuso una serie de medidas y políticas para proteger a los jóvenes, entre ellas el uso de advertencias sober los riesgos para la salud mental, tal y como en una época se decidió implementar en las cajillas de cigarrillos.
Parece haber consenso político entre demócratas y republicanos en algunas regiones para restringir el uso de celulares en las escuelas. La medida se ha accionado en la republicana Florida, así como en la demócrata California.
Greenfield aplaude una visión unificada para abordar el asunto. “La acción colectiva es la única forma de conseguir algo. Ellos (los jóvenes) dicen ‘si eres el único que se desconecta, pierdes tu vida social'”.
¿En México, cómo estamos en este tema?
En México, aunque aún no existen leyes nacionales que prohíban el uso de celulares en las escuelas como en otros países, algunas iniciativas buscan limitar su uso para mitigar los efectos negativos en la salud mental de los adolescentes, como la ansiedad y la depresión. Por ejemplo, desde el gobierno y varias instituciones educativas se han promovido campañas que concientizan sobre los peligros del uso excesivo de redes sociales y la adicción a los dispositivos electrónicos.
Un informe del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) reveló que el uso de redes sociales entre menores de edad en México ha crecido significativamente, pasando del 39% en 2017 al 69% en 2022. Este aumento está relacionado con mayores tasas de problemas de salud mental entre adolescentes. Aunque no se han implementado prohibiciones explícitas, existen llamados desde el gobierno para educar a los jóvenes sobre el uso responsable de las redes sociales y el internet, y se están discutiendo políticas de regulación del uso de celulares en entornos educativos.
A nivel estatal, algunas iniciativas locales han comenzado a poner el tema sobre la mesa, enfocándose en campañas preventivas en las escuelas para frenar problemas como los embarazos adolescentes, los cuales a menudo están relacionados con la falta de control en el uso de redes sociales sin supervisión.