Walkman. Una palabra histórica que entraña nostalgia, recuerdos. En 1979 Sony inundó el mercado con ellos, una opción de cassette portable para echar la música al bolsillo y salir a la calle a luchar contra la monotonía.

Han pasado 44 años desde entonces y Sony sigue ahí, innovando, imaginando. Sus opciones auditivas son vastas. Tiene alternativas en auriculares y bocinas, con diferentes tecnologías para el gusto del melómano promedio o escucha casual. En su catálogo de bocinas, Sony ha puesto empeño en diferenciarse de su competencia, ofreciendo productos novedosos, con funciones inteligentes para más placer.

En este tenor, salen a escena las bocinas Sony XV900 y XG300, dos opciones de audio que apuntan a mercados distintos, el primero a uno más suntuoso, y el segundo a uno más asequible, pero con el mismo propósito: deleitar tus sentidos.

Sonido sonorámico
Exploremos primero la bocina Sony XV900. De entrada tenemos que decirlo, es GRANDE, unos 41 cm de ancho por 88 cm de alto y 43.9 cm de profundidad, para que te des idea, es del tamaño de una cómoda vertical. Pesa 26.6 kilogramos, así que no la cargues solo, sobre todo si hay que subir escaleras. Una vez fuera de su empaque, no tendrás bronca al desplazarla gracias a sus ruedas. Para usarlas es necesario inclinar el equipo 80 grados, algo muy sencillo con las asas que tiene.

Un color negro brillante abraza la figura cilíndrica del XV900. Se diferencia del modelo anterior por su panel casi enteramente touch, exceptuando el botón de encendido. Al frente, el ‘abdomen’ del altavoz está recubierto por la malla metálica que esconde los seis twitters, dos drivers de rango medio y el woofer para bajas frecuencias. Están configurados para generar un sonido omnidireccional que acompaña bien con las luces de 360 grados.

Esta bocina desquició a mis vecinos con el estruendo que salía de su interior, sólo comparado con un rayo que atraviesa el cielo en un día lluvioso. Para hacer retumbar el edificio, la XV900 posee Jet Bass Booster, herramienta que resalta los bajos. Una delicia.

Escuchar mi repertorio, compuesto por genias como Fiona Apple, Lana del Rey y Silvana Estrada, me dejó satisfecho. También probé algunos éxitos como Shakira: Bzrp Music Sessions, Vol 53. (sí, la que dedican a Piqué), Ella Baila Sola y Malas Decisiones que casi ponen a la casera en mi puerta para sacarme a patadas.

Es posible formar dúos en el karaoke, gracias a sus dos entradas de micrófono, o bien conectar una guitarra eléctrica o electroacústica para un mini concierto. O si tu pasión es el cine, emplea TV Sound Booster para vincular tu televisor con la bocina mediante un cable de fibra óptica, incluido en el empaque, y disfruta de un sonido fidedigno.

Hablando de conectividad, esta bocina se enlaza a tu celular mediante Bluetooth y para exprimir sus funciones es necesario descargar las aplicaciones Sony Music Center y Fiestable, disponibles en iOS y Android.

Desde Music Center de Sony controlas a la XV900. Al entrar, están enlistadas las apps de música que tenemos descargadas. En mi caso, seleccioné Spotify. Desde ahí colocas las canciones que quieras o creas listas de reproducción.

Además, puedes acceder a otras funciones, como la vinculación de más de 100 dispositivos de la Serie X; ajustar el ecualizador; modificar la salida del audio, para que se acomode a lo que escuchas, como películas o música; cambiar el nombre de tu bocina, por mencionar las más relevantes.

Quienes amen la experiencia de un antro estarán satisfechos con Fiestable. Para usarla es necesario establecer una vinculación con Music Center. Ofrece múltiples opciones para armar el relajo. La reina es DJ Control que contiene efectos como aislador, flanger, sampler (sintetizador); y sonidos como aplausos, bocina de reguetón y batería.

En iluminación es posible personalizar las luces y la velocidad de parpadeo del sistema de la bocina que oscila entre los colores primarios rojo, azul, amarillo y rojo. Esta función va a tono con Party Light que emite luz desde los smartphones de los invitados en sincronización con la música, un bello efecto parecido a lo que hacemos en un concierto durante canciones lentas.

Molesta que no tenga protección IPX contra el agua, y bueno, en teoría podemos llevarla a todos lados, pero por su peso se quitan las ganas. Esta bocina está pensada para fiestas en casa, en interiores, o en la piscina (con cuidado) o una reunión íntima en la terraza, por el bien de tu espalda.

Amenidad portable
Ahora abordemos a la bocina XG300, hermana menor de la XV900, cuyo encanto se encuentra en su fácil transporte y almacenamiento, además de contar con un índice de protección IP67 que la vuelve resistente al polvo y al agua, e incluso a inmersiones hasta un metro de profundidad en agua dulce. Soporta salpicaduras de agua salada, por lo que la puedes llevar a la playa y la bocina ni se inmutará.

Es pequeña, pero que no te engañe, su sonido es envolvente. Sus woofers, tweeters frontales y radiadores pasivos proporcionan graves contundentes y nitidez vocal sin importar desde dónde lo escuches.

El sonido es rico en cualquier dirección debido a la innovación X-Balanced Speaker Unit, un diafragma no circular que libera más presión acústica para obtener un sonido de alta calidad. Esta amenidad la comprobé en una pequeña fiesta con familiares y en otra ocasión la utilicé en el parque para una sesión de yoga. En ambos casos, aprecié el sonido omnidireccional.

Por su tamaño, de 31.8 cm de ancho por 13.8 cm de alto y 13.6 cm de profundidad, llévala en la mano con el mango plegable sin dificultad. La bocina XG300 mejora el ambiente de cualquier fiesta gracias a sus funciones Mega Bass y Ambient Illumination que añaden el toque disco ideal en la reunión.

No te preocupes por estar pendiente de su carga, porque resiste más de 25 horas con una sola recarga. Además, en caso de emergencia, con 10 minutos conectada a la energía obtendrás más de 70 minutos extra para seguir en la rumba.

Sony SRS-XG300
$8,532 en línea

Sony SRS-XV900
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