México está de nuevo en el punto de mira de Elon Musk, dueño de la empresa automotriz Tesla, una de las pioneras en la venta de automóviles eléctricos a gran escala, y por ello ha volteado al país vecino del sur para analizar instalar una gigafactorías (gigafactory) en nuestro territorio.

Alemania y China ya cuentan con gigafactorías de esta empresa y México había sido ya considerado hace unos años ante su posición estratégica no solo para el mercado Norteamérica, sino también por sus tratados de libre comercio con Europa y Asia, sin dejar de lado las reservas de litio con las que cuenta el país.

Los planes de Tesla van más allá de una simple fábrica y la competencia global la lleva a pensar en grande, por eso la denominación de gigafactorías revela parte de los planes de la compañía.

¿Qué es una gigafactoría?

Lo primero es dividir la palabra gigafactorías. La parte de fábrica está entendida, pero giga es algo que aún cuesta trabajo entender, incluso ante la convivencia diaria en la vida digital.

La palabra giga se deriva de una unidad de medida que representa miles de millones, pero también proviene de la palabra griega gigas, que significa gigante. Sin embargo, la empresa automotriz de Musk también acuñó el uso del término para referirse a las fábricas que producen baterías eléctricas a gran escala en referencia al gigawatio.

Tesla ha buscado que sus gigafactorías combinen el origen de la palabra griega de gigante con el relacionado a gigawatio. Las instalaciones que ha creado en Estados Unidos, Alemania y China son de magnitudes importantes. Por ejemplo, en Shanghai tiene una instalación de 864 mil 885 metros cuadrados, casi el doble del espacio de la empresa aeronáutica Boeing en Seattle.

La primera de estas gigafactorías de Tesla se hizo fuera de Nevada y para 2018 se había convertido en la planta de baterías de mayor volumen del mundo, una situación que podría cambiar en los próximos años ante el redireccionamiento de grandes grupos automotrices como Volkswagen, Chevrolet, entre otros, a los vehículos eléctricos

Una de las cualidades de estas instalaciones es su capacidad para crecer más conforme a las exigencias por lo que los terrenos aledaños deben ser de gran magnitud, esto derivado de las necesidades que se esperan en los próximos años no solo respecto al uso de automóviles eléctricos, sino también de las baterías en otros segmentos tecnológicos.

Además, la gigafactorías tiene la capacidad de almacenar energía para soluciones renovables en el proceso de fabricación de principio a fin. Esto también habla de un ciclo completo no solo de fabricación, sino también de una instalación de almacenamiento de energía.

¿Por qué es importante una gigafactoría?

La demanda de vehículos eléctricos e híbridos para ayudar a combatir, en teoría, los niveles contaminantes en el planeta será la máxima revolución industrial de estos años.

Los países que actualmente controlan la fabricación de automóviles de combustión están adaptando sus actuales fábricas para la creación de coches eléctricos, pero también para cumplir con los requerimientos de emisiones de CO2 a nivel global, un tema que influirá en los precios de los productos. Aquellas instalaciones que no cumplan pagarán penalidades.

Las gigafactorías ayudarán a cumplir con los niveles de producción deseados por los fabricantes de automóviles eléctricos que se calculan en millones durante esta década. Tan solo en 2021 las ventas de estos modelos alcanzaron los 6.6 millones a nivel global, el triple de lo visto dos años antes.

Los países con capacidad de ofrecer terrenos de largas longitudes, así como acceso al litio están buscando reconfigurar el mapa de la fabricación de industria automotriz. Uno de los costos que más encarece la fabricación de vehículos eléctricos son el transporte de las baterías dado el nivel de riesgo.

México no sólo se vuelve un punto estratégico en el tema comercial sino también por sus reservas de litio.

Según el informe del Centro Estadístico Geológico de Estados Unidos actualmente se sabe que México cuenta con una reserva de 1.7 millones de toneladas, una cantidad similar a lo que se suponía tenía Argentina hasta hace cuatro años según información dada a conocer por grupo VAG.

Las cifras de México están por detrás de países como Alemania y Canadá, cercanos a los tres millones de toneladas, pero delante de Rusia y Perú con un millón de toneladas, aunque cabe aclarar que estos números sólo ofrecen un panorama de las exploraciones conocidas.

Con este panorama queda claro la guerra que libran algunos países por obtener una gigafactoría ante las ganancias económicas que se podrán obtener en el futuro.