El responsable de Microsoft Gaming y jefe de Xbox, Phil Spencer, ha vuelto a hablar sobre el futuro de Call Of Duty para PlayStation (PS) y ha sugerido que en el ámbito de los videojuegos no se pueden formalizar contratos que digan que son “para siempre”.

El inicio del enfrentamiento público entre Microsoft y Sony tuvo lugar el pasado mes de enero, cuando la primera, propietaria de Xbox, llegó a un acuerdo comercial para adquirir Activision Blizzard por unos 60.300 millones de euros.

Entonces la compañía nipona señaló que esta compra supondría una desventaja para su consola, PlayStation, y que temía un monopolio en el ámbito ‘gaming’ debido a que Xbox podría integrar el catálogo de la desarrolladora en su servicio en la nube de forma exclusiva.

El videojuego que ha generado más debate ha sido Call of Duty, el más ambicioso y popular de Activision Blizzard, por el que recientemente Microsoft acusó a Sony de haber formalizado un acuerdo que impediría la llegada de las entregas a su Xbox Game Pass “durante varios años”.