Gabe Guo, estudiante del curso de informática en la Universidad de Columbia, realizó un estudio sobre si la idea de las huellas era cierto, luego de que un profesor le preguntará hace tres años sobre si las huellas eran realmente únicas.
El estudio se publicó en la revista Science Advances, se enfrentó a rechazos por distintas revistas científicas, la comunidad forense se resistió a la idea presentada por Gabe y su equipo.
Para aclarar la duda sobre la investigación, el equipo usó un modelo de inteligencia artificial llamado red contrastiva profunda, comúnmente se utiliza para el reconocimiento oficial. Esta inteligencia artificial fue alimentada con una base de datos del gobierno de Estados Unidos, con más de 60,000 huellas dactilares en pares, a veces de la misma persona pero de dedos distintos y otras de individuos distintos.
La inteligencia artificial encontró patrones en las huellas dactilares de distintas personas, la precisión del sistema alcanzó un máximo del 77 por ciento, cuestionando la idea sobre la singularidad de las huellas dactilares.
A pesar de los resultados y de la evidencia presentada, Christopher Champod, profesor de ciencias forense de la Universidad de Lausana, Suiza, afirmó en CNN que el estudio no aporta nada nuevo y que la relación entre las formas de las huellas se conoce desde lo inicios de la dactiloscopia.
En respuesta a las críticas, Gabe resaltó que su estudio es el primero en cuantificar sistemáticamente las similitudes entre las huellas dactilares de distintos dedos de una persona, destacando que este avance no solo ayudará a atrapar ladrones, sino a proteger a personas inocentes de investigaciones innecesarias.
Por tal razón, el equipo abrió el código de la inteligencia artificial para que otras validen y examinen sus hallazgos.