En Japón, el Ministerio de Economía, Comercio e Industria (METI) dio un paso significativo en la ‘atrazada’ modernización de sus trámites: recientemente eliminó el uso de disquetes 3 ½ y CD-ROMs, marcando un hito para otras industrias y organismos gubernamentales.
Aunque los disquetes aún persisten en Japón y en el mundo, su obsolescencia es innegable en el mundo moderno. Tras su introducción en la década de 1970, los disquetes, dispositivos de almacenamiento, fueron fundamentales, pero 50 años después enfrentan severas limitaciones en capacidad y compatibilidad con las demandas actuales.
Tecnología obsoleta
A pesar de sus modestos inicios, con una capacidad de almacenamiento de solo kilobytes, su uso se ha extendido hasta alcanzar los 1.44 MB. Sin embargo, esta capacidad ya no satisface las necesidades de industrias clave como los proveedores de servicios públicos, la minería, la aviación y la defensa.
La escasez de disquetes y su limitada capacidad son obstáculos para la eficiencia y la innovación en Japón. A pesor de lo anterior, su uso se mantuvo para trámites burocráticos, alentado por la resistencia al cambio en algunos sectores.
Otros países, como Estados Unidos, han abandonado el uso de disquetes mucho antes, reconociendo su obsolescencia y adoptando tecnologías más avanzadas.
La transición hacia medios de almacenamiento más modernos fue inevitable y necesaria para mantener la competitividad y la eficiencia en las operaciones gubernamentales e industriales.
En Japón El METI está liderando este cambio en Japón, estableciendo un precedente para otras entidades. La modernización no solo implica adoptar nuevas tecnologías, sino también adaptar procesos y sistemas a las demandas actuales y futuras.
Aunque el legado de los disquetes 3 ½ es innegable, su obsolescencia es clara en un mundo impulsado por la innovación y la eficiencia.