Un estudio sobre la capacidad de los perros para distinguir las voces de sus dueños por sobre los sonidos emitidos por otros perritos sugiere que los canes evolucionaron para reconocer las voces humanas a partir de las suyas.
La revista Science publicó el estudio realizado por Anna Bálint, neurocientífica canina de la Universidad Eötvös Loránd, en Hungría. La especialista usó el electroencefalograma para medir las ondas cerebrales de 17 perros de las razas border collie, golden retriever y un pastor alemán.
A los perritos se les enseñó a permanecer quietos y se les colocaron electrodos en la cabeza para registrar su respuesta cerebral. Posteriormente se reprodujeron audios de perros y humanos. De los primeros, incluyeron sonidos de olfateo, jadeo y ladridos. De los segundos seleccionaron vocalizaciones no lingüísticas como balbuceos, risas y toses de bebés.
Los científicos descubrieron que, cuando el perro escuchaba las palabras del humano, varias partes de su cerebro se iluminaban. Se activaron partes de la corteza, donde estaban procesando la información inherente a las palabras.
Pero otras partes de la subcorteza parecieron conectarse primero, donde estaban procesando la información emocional en el tono del entrenador, de manera similar a cómo los humanos procesamos el habla.
De acuerdo con Fausto Reyes Delgado, director médico del Hospital Veterinario UNAM Banfield, este artículo demuestra de forma científica que los perros siempre responden de manera diferente a los sonidos humanos y de otros canes.
“Todos los que tenemos un perro sabemos que éste se relaciona con todos los integrantes de la familia de forma muy importante para interactuar con todos, pero generalmente con quién interactúa mucho más es con quien se va a entender fácilmente”, añadió Fausto Reyes Delgado.
Un ejemplo de esto es cuando estamos en familia con un perrito y éste escucha la voz en crisis de la persona que más sigue, su respuesta será acercarse a ella por sobre las demás, ya que pueden determinar tonos, pausas y diferenciar entre las personas.
Otro caso que ejemplifica lo anterior son los perros de protección. Estos canes reciben una orden para morder y luego deben soltar a la persona con la voz que les da el mando.
El artículo asegura que gracias a los resultados obtenidos, se puede ayudar a los expertos en entrenar perros a que puedan tener mejores resultados con los canes que preparan para un determinado servicio.