La ciberseguridad, tanto en empresas como en personas, es un tema de primer orden. No hay pretexto. Sin embargo, a pesar de las advertencias, todos los días nos enteramos de amigos, familiares o compañías vulneradas.
Los piratas cibernéticos cada vez son más sofisticados y ese es el reto de las empresas de tecnología, ir un paso delante de ellos.
Para Ulises Cabrera, gerente de Microsoft Surface para Empresas, este tema es tan importante “como la información que se desee proteger”.
En entrevista, Ulises Cabrera destacó que la ciberseguridad no debe ser vista como un forma lineal porque “estás dejando de proteger, haciendo pequeños espacios…”.
Explicó que las personas deben estar conscientes del riesgo que corren y las empresas tomar acciones.
El eslabón más débil es el usuario”, dijo.
En el caso de Microsoft Surface implementaron un sistema basado en niveles. El primero tiene que ver con el rostro del usuario. Es una lectura de 300 puntos en 3D, lector de huella digital y además infrarrojo para la autentificación.
El siguiente nivel tiene que ver con el equipo: “¿En qué formato?, ¿por qué es diferente?, tiene que ver con algo que tienen todas las computadoras (lo que viene de fábrica). Microsoft te da Windows y dentro de éste tiene elementos de seguridad”.
Otro nivel tiene que ver con los chips. Por este motivo la compañía detecta y en su caso corrige el problema porque son dueños del hardware. También uno de los componentes se refiere al lugar donde los usuarios almacenan su información.
Es una recomendación para los usuarios, en Windows 11 lo guardamos en un TPM (Módulo de Plataforma Segura), que es dónde almacenas tu información tus accesos, tus claves… sino lo tienes, no funciona Windows… Esta información es valiosa y mucha de la seguridad que le damos al sistema operativo tiene que ver con el TPM”.
¿Y cómo fue que Microsoft decidió que Windows 11 debía contar con esta importante fuente de seguridad?
Ulises Cabrera detalló que el 60% de los ataques pueden ser prevenidos de forma natural, sin que el usuario se dé cuenta y para eso está el TPM.
Descartó que sea un método intrusivo porque no se toman datos del usuario, sino del atacante y el objetivo es que el sistema los contrarreste.
No tomamos tus datos, de ninguna manera”, enfatizó.
¿UNA GUERRA PERDIDA?
El gerente de Microsoft Surface aseguró que la ciberseguridad no debe ser una batalla perdida para los usuarios, al contrario, las empresas deben ir un paso adelante en la prevención y combate.
¿Entonces cómo es que todavía las personas caen en fraudes o descargan archivos dañinos?
La decisión humana abarca un 90% emocional y un 10% el tema racional. Entonces, de forma urgente y expedita, sin error, tú pones la cara (en tu computadora) y no pasa nada. Así no recuerdas un password o tienes que cambiarlo todos los días… pero es tan complejo que si tratas de convencer a alguien por el lado racional siempre va a encontrar un pero”.
“Pasa por un tema de facilidad de uso, con Windows 11 lo que hace es preguntarte cómo quieres autentificarte, con la cara, el dedo y listo.. en el caso de archivos o enlaces peligrosos, (Windows) avisa que hay un riesgo” y lo desecha de inmediato.
EDUCACIÓN DIGITAL, OTRA APUESTA
Ulises Cabrera, Gerente de Microsoft Surface para Empresas, coincide en que la educación digital debe ser parte de la matrícula escolar y mientras más pequeños sean los alumnos, mejor.
Un estudio reveló que un menor de entre 8 y 13 años da información, desde dónde viven y quiénes son, a los ciberdelincuentes después de contestar ocho sencillas preguntas.
Recordó la campaña que implementó Microsoft con Ricky Martin para proteger a los niños que navegan en la web.
Debería ser parte de la educación diaria que tenemos, pensando que hoy la mayoría de los niños ya empiezan a manejar un teléfono celular, una tableta y no sólo un número (telefónico)… Es un tema más extendido de lo que podría ser para adultos mayores porque, por ejemplo, en ellos no es parte de su naturaleza estar cuidando un celular, pero (los niños) son nativos digitales, tiene que ser parte de su formación”, concluyó Cabrera.