La idea, motivada por las películas de ciencia ficción, sobre los transportes que se mueven en las calles de las ciudades sin conductor, cada vez se acerca más a la realidad. Mientras algunas compañías apuestan por los automóviles autónomos particulares, Auve Tech y la Universidad de Tartu desarrollaron el transporte público que opera de manera independiente con hidrógeno.

Esta nueva forma de movilidad fue presentada y utilizada por la presidenta de Estonia, Kersti Kaljulaid, para comenzar a circular por las carreteras de una de las ciudades más grandes del país europeo.

La autonomía y eficiencia energética de Iseauto

El autobús, llamado Iseauto, está pensado como un transbordador o conector que dirija a los pasajeros al último recorrido, de manera rápida, segura y económica, después de un viaje largo.

Otros autobuses autónomos similares, de tipo shuttle —conocidos como lanzaderas, con las características de ser pequeño y recorrer distancias cortas—, han sido desarrollados por compañías como Navya, Transport Research, Easy Mile, Ohmio Automation e implementados en países como Francia, Suiza, Reino Unido, Alemania, China, Australia, Estados Unidos, entre otros.

Lo que diferencia al vehículo autónomo Iseauto es el proceso para producir la energía eléctrica y el tiempo de carga, lo cual le da una ventaja competitiva a Auve Tech respecto a las demás compañías enfocadas en la movilidad autónoma en el transporte público.

Por lo general, para disminuir la emisión de gases nocivos para los seres humanos y el medio ambiente, se recurre a la creación de vehículos eléctricos que usen baterías de iones de litio u otra alternativa sustentable. Incluso, en un principio, la misma empresa estonia implementó este método.

Sin embargo, la calefacción y aire acondicionado durante los recorridos requiere de una fuente que suministre una mayor cantidad de energía. Esto llevó a la compañía a colaborar con la Universidad de Tartu, para integrar pilas de combustible de hidrógeno de baja temperatura.

El sistema funciona mediante la combinación del elemento químico con el oxígeno, para transformarlos en energía eléctrica así, en vez de generar smog, el autobús expulsa vapor, lo que evita la emisión de contaminantes.

También, de acuerdo con el miembro del departamento de química de la universidad, Rait Kanarbik, el vehículo tiene una mayor eficiencia, al cargarse por completo en solo dos minutos, en comparación con otros sistemas eléctricos que necesitan entre ocho o 12 horas de carga.

Además, la integración de este transporte beneficia en la disminución del uso de automóviles particulares, ya que tiene tiene una capacidad para seis pasajeros y cuenta con rampas para el ascenso y descenso de personas con discapacidad.