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Desde su concepción como movimiento cultural, el minimalismo ha buscado la optimización de recursos y funciones a través de la simplificación. Una filosofía no solo apreciada en las artes, y en el modo de vivir, sino también en el mundo digital.
Como corriente, el minimalismo propone utilizar tan solo lo esencial, eliminando los excesos que puedan desvirtuarnos. En el caso del minimalismo digital, este sugiere reducir el uso de la tecnología de manera que esta no se imponga en nuestras vidas, ayudando a minimizar su impacto y aprovechando mejores bondades como: conectar con las personas y ser una herramienta que facilite nuestro día a día. Esta filosofía también se traslada al plano informático, donde el diseño de aplicaciones y equipos persigue proveernos de una mejor calidad de vida. Una búsqueda que data desde que alguien conecto el primer computador y empezó a trabajar en nuevas soluciones.
Otra forma de conectar
Aunque hoy en día cualquier persona puede conectarse a internet desde su celular y acceder a contactos, contenidos u otras formas de entretenimiento, realmente está conectándose a experiencias altamente personalizables, que continuamente se moldean según sus necesidades y preferencias.
Poder transmitir estas experiencias es todo un desafío, pues se requiere de recursos físicos e informáticos que ponen a prueba la capacidad creativa de los desarrolladores de aplicaciones y al mismo tiempo, la capacidad económica de los usuarios al tener estos que optar por dispositivos más modernos y potentes para disfrutar las mismas.
Es a través de la simplificación de los recursos que estas experiencias logran ser accesibles para las personas permitiendo ser disfrutadas con la menor cantidad de restricciones posibles.
Una selfie desde el fin del mundo
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Aunque el internet ya ha obtenido alcance global gracias a la evolución de las redes móviles, el servicio puede verse limitado en velocidad e incluso costo cuando los usuarios se encuentran en regiones remotas como valles, desiertos, plena alta mar, así como en países emergentes.
Consciente de las limitaciones de estos usuarios, Instagram decidió crear una versión más ligera de sí mismo hecha específicamente para ellos, llegando a pesar tan solo 2mb en comparación de los 30mb de la versión completa. Para lograrlo, se eliminaron las animaciones y los filtros de realidad aumentada, un pequeño sacrificio si consideramos que las funciones de más valor son el video y la mensajería, con las que los habitantes de estas zonas logran comunicarse con sus seres queridos y tener un momento de inspiración.
Más calidad con menos peso
Tal grado de compresión también logra verse en las películas y series de alta resolución que vemos en plataformas de streaming como Netflix, YouTube, o Amazon Prime. Tan solo una película de 90 minutos en formato 4K consumiría 10 gigas por reproducción, aumentando significativamente si le vemos en 8K y convirtiéndose en un martirio si el internet nos llegase a fallar.
Esto ha incentivado al desarrollo de los codecs, pequeños complementos en las apps de streaming que han logrado comprimir el peso de los archivos de video hasta la mitad, aligerando su transmisión. Esto ha permitido que los usuarios puedan disfrutar de versiones ligeras de sus series y películas favoritas sin perder la calidad esperada ni consumir grandes cantidades de datos móviles.
Sencillez, seguridad y diversión
Otra plataforma de entretenimiento que ha sabido adaptarse a las necesidades de los usuarios ha sido el iGaming. Uno de sus juegos más populares, las tragaperras online, pueden jugarse desde cualquier celular o navegador web, utilizando pocos datos móviles, así como requisitos de sistema. Esto se logra gracias a la sencillez de su mecánica, lo cual también facilita crear propuestas inspiradas en diversas temáticas.
De igual manera, el streaming también es aprovechado para acercar los jugadores con sus mesas favoritas de blackjack, ruleta y baccarat. Al poder transmitir las partidas en vivo con repartidores reales, los jugadores reviven la experiencia de jugar en vivo sin importar la conectividad según la ubicación, pues la calidad de la trasmisión se ajusta en conexiones más lentas e incluso ofreciendo protección a las cuentas de los usuarios si la señal llega a fallar por completo.
Como podemos ver, las soluciones a problemas complejos suelen ser las más sencillas. Gracias a la tecnología podemos lograr mayores avances al simplificar los desafíos y acercarnos a aquello que más deseamos. Todo claro está, en su justo balance.