La base espacial de Alcántara en Brasil goza de una posición estratégica envidiable para cualquier país de América y Estados Unidos y Canadá lo saben. Es por eso que han acudido a aquel país sudamericano para lograr un acuerdo que les permita realizar despegues dentro de las instalaciones brasileñas.

Este 3 de mayo el presidente Jair Bolsonaro anunció que cuatro empresas de norteamerica operarán en la base de Alcántara. Las compañías especializadas en lanzamientos de satélites Hyperio, Orion Ast, Virgin Orbit y c6 Launch serán libres de utilizar el espacio de Brasil.

Se espera que, con la apertura a las transnacionales y el trabajo en conjunto con el país bajo un modelo de sociedad público-privada, Brasil tomará impulso y relevancia en el panorama espacial del mundo.

El secreto de la base espacial de Alcantará es simple pero imposible de ignorar. Se encuentra muy cercana a la línea del Ecuador por lo que, de acuerdo con la agencia EFE, en cada despegue se puede ahorrar alrededor de un 30% de combustible.

Los costos inmensos que genera cada despegue provocaron que se frenará la exploración espacial en el mundo por décadas. Solo hasta apenas y gracias a la apertura de capitales privados (caso Space X) las posibilidades de volver a visitar satélites y otros planetas se han elevado.

El programa espacial de Brasil quedó abandonado tras el trágico accidente del 2003 cuando un cohete de manufactura nacional explotó minutos antes de despegar. El accidente le arrebató la vida a 21 de los mejores ingenieros de aquella nación.

Brasil pronto pasará a ser un lugar similar a Cabo Cañaveral, lugar de donde han despegado las grandes misiones espaciales como el Apolo 11.