¿Podrás sobrevivir sin café todo el día? Aunque parezca una odisea para aquellos que están acostumbrados a la cafeína, resulta que hay técnicas y estrategias que nos permiten evitar el líquido.

Ahora bien, vale preguntarse por qué tendrías que evitarlo. ¿Es malo para la salud? Lo cierto es que la cafeína, si no se consume en exceso, no tiene mayores efectos negativos sobre el organismo. Pero puede que te excedas en épocas especiales, como cuando estás sobrepasado de trabajo o se aproximan exámenes de la universidad.

Sobrevivir sin café durante todo un día o varias jornadas pretende evitar los cambios promovidos por la bebida que no son saludables. Aquí vale mencionar el insomnio, los temblores finos y las palpitaciones. A largo plazo, el exceso de cafeína se asocia con gastritis y un incremento en las crisis migrañosas. La relación con la hipertensión arterial no está del todo dilucidada.

Entonces, sin más preámbulos, analizamos 5 trucos para sobrevivir sin café todo el día. Te sorprenderán por su sencillez.

1. Música para activarse

La música en las mañanas puede sustituir a la cafeína. Las ondas del sonido son capaces de estimular el cerebro y activar determinadas regiones del órgano para ponernos en una alerta suficiente que nos deje trabajar o estudiar.

Es muy importante seleccionar la melodía acorde. Quizás convenga dedicar un tiempo previo de la semana a confeccionar la playlist que mejor se adapte a nuestras circunstancias. No es lo mismo oír sonidos de fondo que no interrumpan el pensamiento lógico que querer fomentar la adrenalina para salir a correr temprano.

Lo fundamental es que optes por una música que te guste. Esto ayudará a liberar dopamina, que es la hormona de la felicidad. Entonces, ante la satisfacción, es muy probable que te olvides de la taza que te ibas a preparar.

2. Movimiento y ejercicio

Levantarse temprano para hacer ejercicio es uno de los trucos para sobrevivir sin café el resto del día. No es fácil y requiere una disciplina que genere hábitos. También es cierto que no todas las personas son propensas a madrugar.

De todos modos, ponerse en movimiento en otro horario es una estrategia más que puedes adaptar a tu rutina y a tu agenda. En definitiva, lo ideal es que el cuerpo se vea estimulado a generar hormonas y neurotransmisores que provoquen satisfacción y aumento de la atención.

La adrenalina y la dopamina, nuevamente, son las protagonistas. Al practicar deportes no solo obtenemos los beneficios físicos derivados de lo aeróbico y lo anaeróbico, sino que también aparecen provechos en el campo de la salud mental. Es posible que tengamos una mejor actitud y que abordemos las complicaciones de lo cotidiano con otros ojos.

En sí, hay un círculo virtuoso por el que el movimiento genera placer y satisfacción, a la vez que lo podemos usar para que el estrés se disipe. A menos estrés, entonces, menos probabilidad de recurrir a la cafeína.

3. Solubles sustitutos

Existen en el mercado algunas sustancias solubles que podrían sustituir al café. No son lo mismo, por supuesto, ni tampoco reemplazan por completo las propiedades de la cafeína. Pero en plan de reducir las tazas de uno, bien podemos recurrir a los otros.

Una opción es la achicoria soluble. Pero no nos detengamos allí. También podemos adquirir centeno en la misma presentación. Si optamos por las versiones sin azúcar contribuimos más a la salud general.

La achicoria soluble se comercializa en forma de polvo. Mezclas agua caliente con 5 gramos del producto y, si quieres, agregas leche. Luego endulzas si lo deseas u optas entre diferentes agregados. Los usuarios habituales aseguran que el sabor es muy parecido al del café.

4. Corrige tus hábitos

Para sobrevivir sin café todo el día hay que modificar los hábitos y el estilo de vida. ¿Por qué? Pues porque es probable que seamos dependientes de la cafeína debido a un mal descanso, a la falta de energía o a la incapacidad para regular la dieta.

Todo ello es modificable. Y deberíamos hacer los cambios no solo por el hecho de reducir la cantidad de café. Habrá repercusiones positivas en todos los sistemas si dormimos las horas necesarias, si equilibramos la nutrición y controlamos el estrés.

En cuanto al descanso nocturno, lo ideal sería un mínimo de 7 horas. Lo cierto es que hay personas que necesitan más: 8 o 9 horas. Es importante identificar nuestro promedio y establecer una higiene del sueño que permita concretar ese tiempo de corrido, sin interrupciones.

Sobre las dietas hay una infinidad de ellas. Si comes lo adecuado, según tus requerimientos energéticos, entonces habrá un equilibrio de gasto y de consumo que evitará las deficiencias. Muchas veces la fatiga está motivada por una incorrecta distribución de los nutrientes.

Finalmente, el control del estrés mediante técnicas de relajación y meditación, o la práctica de actividades destinadas a tal fin, como el yoga, reducirán la ansiedad. Cuando estamos nerviosos somos propensos a recaer en el consumo de bebidas de manera compulsiva. Esto incluye al café.

Sobrevivir sin café para estar mejor

La idea de sobrevivir sin café durante todo un día o varias jornadas tiene sentido cuando la enmarcamos en un plan de vida saludable. Esto quiere decir que debemos plantearnos cambios que nos ayuden a estar mejor y no colocar objetivos porque están de moda.

La cafeína no es negativa en sí misma y no hay efectos adversos notorios cuando el consumo es controlado. Pero si sientes que te estás excediendo, quizás convenga que apliques estos trucos para entrar en un período de abstinencia y luego evaluar cómo reincorporas la bebida o si la dejas definitivamente.