Las razones no están del todo claras, pero cada año se detectan más trastornos sexuales. Disfunciones eréctiles, pérdida de la libido, anorgasmia y un largo etcétera.
¿Qué podemos hacer ante esto? Lo primero es identificarlos para pedir ayuda. Lo segundo es conocer algunas formas de superarlos, pues es posible lograr que dejen de ser un trastorno.
Una buena manera de pedir ayuda o de conectar con personas en la misma situación es la Asociación Ayuda. Este tipo de organizaciones las componen pacientes que han sido diagnosticados con trastornos sexuales y que ofrecen apoyo y respuestas para aquellos que lo están buscando.
Signos de alerta en los trastornos sexuales
Los trastornos sexuales se identifican muy bien porque no son problemas puntuales. Por ejemplo, la disfunción eréctil esporádica (conocida como gatillazo) puede suceder en una ocasión concreta, pero no tiene por qué influir en el resto de los encuentros sexuales. Sin embargo, si así lo hace, puede que haya un componente de ansiedad anticipatoria que haya que resolver.
También, cuando aparece la anorgasmia en las mujeres y esto genera sentimientos de culpa, como explican desde la Clínica Universidad de Navarra, puede que nos encontremos ante un trastorno. La persona que lo sufre puede creer que hay algo mal en ella y esto no es así.
Los trastornos sexuales son frecuentes, pero se pueden solucionar. Así que no hay por qué culparse.
Otros signos de alerta en los trastornos sexuales pueden ser los siguientes:
Eyaculación precoz: es la eyaculación antes de la conclusión del acto sexual, que aparece de inmediato a la estimulación.
Vaginismo: es la contracción de las paredes de la vagina que impiden la penetración o la vuelven muy dolorosa.
Ausencia de deseo sexual: es la pérdida de la libido.
Insatisfacción: se concreta el acto sexual, pero se percibe luego que no hubo placer.
Todo esto se acompaña de sentimientos de culpa, angustia, miedo y tristeza. Pueden afectar las relaciones sexuales y de pareja.
¿Por qué aparecen los trastornos sexuales?
Los motivos por los que los trastornos sexuales aparecen pueden ser múltiples. De hecho, en ocasiones existen dudas para determinar con claridad por qué una persona está padeciendo disfunción eréctil o vaginismo.
No obstante, este es un breve listado de algunas posibles causas:
Experiencias traumáticas: una agresión sexual o una experiencia negativa en el terreno amoroso pueden generar vaginismo en las mujeres o disfunción eréctil en los hombres.
Estrés: se generan una serie de respuestas en el cuerpo que pueden manifestarse a través de trastornos sexuales. Cuando el estrés se resuelve, estos problemas desaparecen.
Desbalances hormonales: tomar anticonceptivos o sufrir el síndrome del ovario poliquístico pueden ser motivos de inapetencia sexual.
Depresión: algunos problemas de salud mental, como la depresión, también repercuten en las relaciones sexuales.
Los trastornos sexuales pueden evidenciar un malestar dentro de la relación de pareja. Si ha habido una infidelidad, ya no se ama a la otra persona ni se le desea, o hay otra serie de circunstancias (ludopatía, mentiras, actitudes agresivas) puede que aparezcan estos trastornos. Por tanto, la mejor manera de saber qué es lo que está ocurriendo es ponerse en manos de un profesional.
¿Cómo superar los trastornos sexuales?
Encontrar un psicólogo experto en trastornos sexuales es importantísimo. Hay muchos profesionales expertos que pueden ayudar.
Encontrar la solución sin colaboración, en la mayoría de las ocasiones, no es posible. No hay que esperar para acudir al psicólogo, pues esto solo aumenta el malestar.
Otra de las formas de superar los trastornos sexuales es expresando lo que nos sucede a la otra persona, sin avergonzarnos. Si la pareja sabe que hay una situación que está generando eyaculación precoz, tal vez pueda ayudar a retrasarla con distintas técnicas o con juguetes sexuales.
La comunicación es indispensable en el terreno sexual y fortalece las relaciones.
Además de lo anterior, conviene ser proactivo para que la situación mejore cuanto antes. Si hay un problema de anorgasmia, pero no se hace lo que aconseja el psicólogo, las probabilidades de que la situación continúe tal y como está son muy altas.
¿Trastorno sexual o mal sexo?
Esta es una pregunta muy interesante. En la consulta con el psicólogo, tal vez una persona pueda descubrir que no tiene ningún tipo de problema en disfrutar del sexo, pero que sí hay déficits en la práctica.
Por ejemplo, puede que nunca se haya masturbado ni haya expresado cómo le gusta que le toquen. En consecuencia, el sexo no lo lleva al orgasmo.
En este tipo de situaciones no estamos ante una anorgasmia, sino ante una circunstancia en la que hay que modificar la manera de relacionarse cuando se tiene sexo. La disfunción eréctil también puede tener otros componentes, como la pérdida del deseo por la pareja o que las relaciones no se disfruten porque no se prueban cosas nuevas.
En cualquier caso, los trastornos sexuales existen y es fundamental tratarlos. El sexo es una parte importante de nuestro bienestar y conviene que tengamos una relación sana con él. La ayuda de un profesional será lo que llevará a la solución.