La leche de avena se utiliza normalmente para sustituir a la de vaca, pero mucha gente se pregunta si engorda o si es válida para incluir en una dieta con el objetivo de perder peso. Te vamos a explicar los puntos positivos y negativos de la introducción de este alimento en la pauta nutricional. Eso sí, se pueden encontrar diferentes calidades en el mercado que vale la pena diferenciar.
Antes de comenzar, es bueno destacar que la leche de vaca no le sienta mal a todo el mundo, como se ha apuntado en los últimos años. Solamente si existe una intolerancia o una alergia diagnosticada se debería retirar por completo de las rutinas. De lo contrario, no deja de ser un alimento de elevada densidad nutricional que puede ayudar a mantener un buen estado de salud con el paso de los años.
¿La leche de avena engorda?
En primer lugar, hay que hacer especial hincapié en que no hay alimentos que engorden o adelgacen como tal. Esto es el resultado de una serie de buenos o malos hábitos mantenidos a lo largo del tiempo.
Son varios factores los que influyen, no solo los dietéticos. Será determinante practicar ejercicio físico de forma regular para, de este modo, estimular el crecimiento muscular, lo que permitirá incrementar el gasto energético.
En cuanto al valor nutricional de la leche de avena en sí, presenta menos calorías que la de vaca tradicional, sí como un menor contenido proteico. Esto no es algo positivo, ya que las proteínas son imprescindibles para prevenir el desarrollo de patologías crónicas y complejas como la sarcopenia. Así lo demuestra una investigación publicada en la revista Nutrients. Es importante cubrir los requerimientos diarios de las mismas.
Por otra parte, es cierto que muchas variedades de leche de avena de supermercado cuentan en su interior con una cantidad elevada de azúcares añadidos. Esto se considera tremendamente negativo, tanto para perder peso como para mejorar la salud. Hablamos de una serie de elementos que han demostrado incrementar el riesgo de sufrir diabetes de tipo 2 si se incluyen en un contexto de sedentarismo. Sobre todo son peligrosos cuando se administran en un medio líquido.
¿Cómo consumir leche de avena para no engordar?
Si quieres incluir la leche de avena en la pauta dietética, lo mejor que puedes hacer es fijarte en el etiquetado de la misma. Conviene elegir siempre una variedad sin azúcares añadidos. De este modo, se evitan los impactos negativos sobre la salud metabólica y sobre el estado de composición corporal.
Asimismo, hay que incluirla en la dieta con moderación. Siempre va a ser más energética que el agua, por lo que esta última debe ser la herramienta principal a la hora de garantizar un buen estado de hidratación.
No obstante, la leche de avena es un alimento bastante versátil. Por este motivo, tiene cabida, cuando se consume en cantidades correctas, en casi cualquier rutina nutricional. Puede utilizarse para preparar infusiones, para cocinar, se puede tomar sola… Son varias las posibilidades que ofrece. Además, sus características organolépticas pueden llegar a ser muy buenas, dependiendo de la variedad escogida.
Por otra parte, concentra en su interior vitaminas del grupo B. Estas son importantes para que el metabolismo energético se lleve a cabo de manera adecuada. Gracias a ellas, la conversión de los macronutrientes y su posterior utilización será eficiente. Incluso, participan en la fisiología del sistema nervioso central, tal y como evidencia una investigación publicada en la revista CNS Neuroscience & Therapeutics.
¿Es mejor la leche de avena o la de vaca?
Para terminar, debemos mencionar que la leche de vaca es un alimento de mayor calidad que cualquiera de las bebidas vegetales actuales. Concentra nutrientes esenciales importantes y contribuye a cubrir los requerimientos proteicos diarios. Incluso, podemos encontrar versiones enriquecidas con vitamina D que ayudan a evitar posibles déficits de dicho elemento, que afectarían negativamente al estado de salud.
Por este motivo, y siempre y cuando no exista un diagnóstico de patología que lo desaconseje, es preferible consumir leche de vaca como tal. Aunque tampoco conviene excederse con este producto, pues su densidad energética es elevada. Hay que incluirlo siempre en el contexto de una dieta equilibrada para evitar ganancias de peso graso.
La leche de avena no engorda
Como has podido comprobar, la leche de avena no engorda. No es un producto muy energético, por lo que es poco probable que repercuta de manera significativa sobre el total de las calorías diarias. Ahora bien, se deben escoger siempre versiones sin azúcares añadidos para evitar alteraciones sobre el metabolismo que condicionen la oxidación de los lípidos.
Para terminar, hay que tener en cuenta que detrás de los procesos de engorde o de adelgazamiento existen varios factores complejos que pueden resultar determinantes. Por ejemplo, influye la genética. Esta puede modular la producción hormonal y las sensaciones de apetito o de saciedad, por lo que es algo a tener en cuenta.