Cuando el césped se corta o daña, suelta una sustancia conocida como volátiles de hojas verdes o GLV, las cuales están compuestas principalmente por el cis-3-hexenal, que tiene un umbral de detección de olor extremadamente bajo.
Es por ello, que cuando el césped se corta o daña, las enzimas comienzan a descomponer las membranas de las plantas, lo que hace que el cis-3-hexenal suelte el característico aroma que todos conocen.
Sin embargo, este olor es en realidad una manera del césped y de las plantas en general para darle a conocer a las otras plantas que hay un peligro inminente cerca, y en algunos casos, atraen depredadores de insectos que se alimentan de césped.
También pueden ayudar a la formación de aerosoles y ozono, olor que también está en frutas como la fresa y la manzana, lo cuál puede agravar la contaminación del aire, causandole a las personas reacciones alérgicas a este aroma.
A pesar de esto, se ha demostrado que el olor a césped recién cortado tiene un efecto positivo en el estado de ánimo de las personas. Estudios de comportamiento han indicado que el aroma tiene un efecto curativo en el daño psicológico por estrés y aumenta la confianza.