Muchas veces, existen discusiones en torno a los alcances y utilidades de la filosofía y la psicología. Sin embargo, se confunden sus puntos de partida y cómo analiza cada una los diversos temas.
Para ello, es preciso comprender cuáles son las similitudes y diferencias entre ambas. Y aquí te lo revelamos.
Similitudes entre la filosofía y la psicología
Durante mucho tiempo, la filosofía ha sido una fuente de conocimiento para la psicología. De hecho, esta última ha dependido y ha sido subsidiaria de la primera, pues hasta mediados del siglo XIX se consideró como una rama filosófica.
No obstante, ambas han permitido el progreso del conocimiento. Algunos temas abordados por la filosofía, como la identidad, la mente y la consciencia, por ejemplo, son también de interés para la psicología.
Un planteo conceptual típico compartido por ambas es la relación mente-cuerpo. Tienen en común algunos conceptos e ideas que utilizan para el abordaje de sus tópicos de interés.
Diferencias entre la filosofía y la psicología
Como ya se comentó, la filosofía y la psicología tienen puntos en común. Pero también tienen diferencias. Veamos algunas de ellas.
Objeto de estudio y orientación temática
La filosofía, en su etimología, significa “amor por la sabiduría”. Por su parte, la psicología representa el “estudio del alma”.
En general, la filosofía se orienta por temas más abstractos y amplios que la psicología. Por ejemplo, se interesa por la existencia, el sentido de la vida, la verdad, el conocimiento y la moral.
En cuanto a la psicología, se interesa por el estudio de la conducta humana y el modo en que los procesos mentales ocurren e influyen en el comportamiento. Por ejemplo, la personalidad, la memoria, la cognición o la volición son algunos de los ejes temáticos de interés para esta ciencia.
Modo de obtención del conocimiento
La filosofía no necesita apelar al método científico y de comprobación empírica para considerarse válida. Es decir, puede producir conocimientos mediante el análisis conceptual, la especulación, la argumentación, el pensamiento crítico.
Sin embargo, la psicología, al orientarse al trabajo con seres humanos, debe ser fiable. Por esto mismo, sus teorías e hipótesis han de ser contrastadas y corroboradas en situaciones experimentales, bajo el cumplimiento de estándares éticos.
Para ser considerada una ciencia, la psicología debió definir un objeto de estudio observable y que pudiera conocerse a través del método experimental.
Incluso, al referirse a sus orígenes, muchos investigadores mencionan su alianza con la fisiología, la rama que le aportaría esa objetividad que necesitaba la psicología para liberarse de los sesgos filosóficos e introducirse en la tradición científica positivista. Así es como los inicios de la psicología como ciencia están atados a la figura de Wundt y la creación de su laboratorio experimental.
Por otro lado, la filosofía puede emplear la lógica y el razonamiento, mientras que la psicología puede valerse de la estadística, la psicometría y los test, por ejemplo.
Sobre la validez
La filosofía no necesita ser correcta ni comprobable; tampoco requiere un consenso en torno a los diferentes temas que plantea. De hecho, se nutre de manera permanente de la discusión, el debate y la argumentación en torno a lo que le interesa.
Por el contrario, la psicología debe valerse de hipótesis, contrastarlas y establecer conclusiones. No puede haber especulación; mucho menos en la práctica clínica.
Aplicaciones, derivaciones y ramas del conocimiento
De la filosofía se desprenden algunas ramas, como la lógica, la epistemología y la metafísica. Por su parte, la psicología tiene otras aplicaciones, como la clínica, la criminológica, la educacional, la experimental y la social.
Sobre la formación y su aplicación
Para entrar en debates filosóficos no es necesario haber tenido una formación específica y formal en filosofía. Podemos ser ávidos lectores e interesarnos por sus tópicos.
Sin embargo, la psicología exige formación académica, ya que la lectura y el estudio es una condición necesaria, pero no suficiente para la práctica de su ejercicio.
El dogmatismo siempre acaba en callejones sin salida
Tal como afirma Bunge, la psicología no debe renegar de sus orígenes filosóficos. La filosofía le ha aportado múltiples temas y puntos de vista sobre la naturaleza de la mente y la ciencia.
Sin embargo, si bien pudo haber tomado un camino diferente, el conocimiento se enriquece a partir de las miradas disímiles. No solo se nutre de acuerdos, sino especialmente de aquellos puntos que causan desacuerdo.
Por ello, hoy en día, en lugar de entrar en discusiones sobre la alianza entre filosofía y psicología respecto a determinados asuntos, es mejor apreciar qué aportes tiene cada una y decidir cuál es nuestra postura. Sin rechazar que existen otras tantas opiniones.